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jueves, abril 11, 2024

Creaciones caóticas nacidas de la degradación

«Creaciones caóticas nacidas de la degradación en la Costa da Morte». Un reportaje de nuestro compañero Rafael Lema.

Xosé Manuel Barros Hermida decidió un día vivir en Camelle, en el corazón de la Costa da Morte, tras una dilatada vida empresarial orientada al mar. Hace diez años levantó una casa, que ahora quiere convertir en su residencia principal. En su nueva etapa está viviendo una renovación interior y una intensa actividad pero ahora de tipo creativo y naturalista. 

Barros es uno de los activos miembros de la asociación Mar de Fábula que cada mes reúne a un grupo de voluntarios para limpiar un trozo de costa, retirando toneladas de plásticos que en parte convierte en creaciones artísticas en su taller de Camelle. Barros cree que es necesario hacer actos «en desagravio coa natureza, co mar, para agradecerlle o moito que lle debemos» y lamenta la acción de desaprensivos que ensucian playas y calas en sus paseos como la presencia masiva de caminantes en espacios naturales. 

El reciclaje de esta basura no biodegradable y altamente perjudicial en figuras monstruosas, arácnidos y hormigas marinas que son como los objetos nacidos de un caos en medio del océano en donde la basura se acumula en grandes bolsas, es un ejercicio didáctico y una crítica en busca de la concienciación social sobre el respeto al medio.Ahora Barros colabora con los organizadores del 125 aniversario del hundimiento del HMS Serpent en Camariñas, y con «materiais recollidos na ribeira de Camariñas estou construindo a maqueta do Serpent». Otra de sus piezas estrellas es la serea de Sabadelle, que visualiza una vieja leyenda local. 

Un trozo de madera retorcida retirado en la cala de Sabadelle, se ha convertido «nunha serea que chora bágoas de plástico». Sus monstruos marinos caóticos son asimismo hijos de una segunda creación, tras la acumulación en extensas masas flotantes de las partículas plásticas diminutas degradadas por procesos mecánicos y químicos, depositadas en los fondos marinos por cientos o miles de años. 

Un día esas criaturas fillas do caos virán de novo a terra para invadirnos, indica Barros desde su casa del barrio de A Portela, en el viejo camino real a Arou, en donde en el siglo XVII se estableció un facho del sistema de señales que comunicaba Malpica con Touriñán. En una casa aún en pié en A Portela en el siglo pasado se encendía un farol para alertar a los barcos pesqueros locales en medio del temporal de la presencia de la costa. 

Barros recuerda que los marineros gallegos llaman al mar el pañol grande donde todo cabe, y todo se arroja a él, por ello quiere cambiar esta visión por el de «casa común que temos que reconstruír». Recuerda que 30 millones de toneladas de plástico, un 10 % de la producción mundial, acaban cada año en el mar. 

Esto hace de su llamada a la concienciación cívica una necesidad. Pero no quiere que su esfuerzo quede solo en una actividad puntual, labores de concienciación o en un corpus de creaciones artísticas con mensaje sino que le gustaría llevar a cabo un proyecto de limpieza y regeneración integral con un punto limpo costero para retirar y reciclar plásticos y otros elementos altamente degradantes que suponen una de las caras oscuras de la comarca.

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