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jueves, marzo 28, 2024

Un galleguismo de corazón y cabeza

“El diputado que antes fue, marinero, pastor y lavaplatos”. Este era el titular que le dedicaba la prestigiosa revista “Estampa” al diputado galleguista Ramón Suárez Picallo. Corría el mes de agosto de 1931, y el político de Sada acababa de acceder a su puesto de diputado en el Congreso por la Federación Republicana Gallega (ORGA).

Xosé Manuel Lema

Suárez Picallo:”La voz auténtica del pueblo”

Se trataba de una publicación referente en España que se fijaba en la trayectoria de lo que el autor del artículo, Ribas Montenegro, denominaba como “la voz auténtica del pueblo” y la “personificación de la nueva Galicia”.

“Nuestro regionalismo es cosa de corazón y cabeza y está limpio del pecado del egoísmo, porque no se basa en una concepción materialista. Nuestros problemas no son principalmente de orden económico” declaraba Suárez Picallo, que en ese momento se mostraba partidario de esperaba que se dieran algunos pasos a nivel estatal para afrontar el estatuto de autonomía de Galicia: “No pensamos presentar nuestro estatuto hasta que no esté sancionada la Constitución española”. 

“No hice la América pero sí una América”

Porque el político nacido en Sada tenía claro que era “compatible el espíritu universalista con las aspiraciones de mi tierra”.En aquel verano de 1931, con la Segunda República dando sus primeros pasos y faltando pocos meses para la fundación del Partido Galeguista, el reportaje de “Estampa” reflejaba el interés existente en la política estatal en los movimientos del incipiente galleguismo.

Suárez Picallo ya era por aquel entonces dueño de una biografía de película. Emigrante con 14 años confesaba que “no hice la América pero hice una América” en alusión a su papel dinamizador en la organización de las reivindicaciones de los hombres del mar o su actividad cultural y editorial.

Aprendió a escribir a máquina porque tenía hambre

Aprendió a usar una máquina de escribir, artilugio que no conocía, para acceder a un puesto de trabajo, comentaba “porque tenía hambre”.Y a base de lecturas y una formación autodidacta encontró un hueco en su vocación periodística, y a parte de fundar la revista “Céltiga”, llegó a ser redactar de los periódicos “La Argentina y La República”. 

En aquella entrevista a la revista dirigida por Luís Montiel, Ramón Suárez Picallo también se refería a la situación de los comunicadores en el nuevo continente: “En América el periodista tiene que ser omnisciente, escribir sobre todo”. Y él lo hizo. Y hasta se inventó un discurso del político inglés McDonald, ante la ausencia de especialista en información del extranjero en el medio en el que trabajaba. Cuentan que, salvando algunas cuestiones, clavó el discurso.

Meses después se activaba el Partido Galeguista. Pero Suárez a las pocas semanas de tomar posesión de su cargo ya era requerido por una de las revistas de mayor difusión de la joven república española.

@AdianteGalicia

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