La cosa puede ser así: a los amos del cortijo les gustan las tanganas. Los “medios de servidumbre intelectual”, medios de comunicación se hacen llamar, retrasmiten la tangana, y el pueblo honrado y trabajador se indigna. Esto viene a raíz de lo acontecido el 16 de marzo en Granada y el 18 en Sevilla.
Estaba organizado para las 18 horas un coloquio en la facultad de Derecho de Granada. El titulo era Feminismo y Derecho; todo correcto. Participaron Santiago Armesilla, doctor en Economía, comunista heterodoxo, e hispanista. La abogada y feminista Paula Fraga. Por parte de la facultad estaba Tasia Aránguez, doctora en Derecho y Profesora en la Facultad.
Pero la tangana organizada antes del acto por los mayorales mandando a sus mozos fue a causa de la presencia de Macarena Olona, Licenciada en Derecho con premio extraordinario y Abogada del Estado. En su día dirigente, y con mucho éxito, de VOX.
No hay derecho que la universidad se convierta en una cantina en donde los mozos de los mayorales agredan a personas de la talla de doña Macarena Olona y don Joaquín Urías, este de Podemos.
A las personas que se comportaron tan abyectamente dentro del recinto universitario les debemos reproducir las palabras de Zola: “que ni las conozco ni las he visto nunca. Ni siento particularmente por ellas rencor ni odio. Las considero como entidades, como espíritus de maleficencia social”. Mas los mozos que protagonizaron la tangana, organizada por sus mayorales, no son culpables. Yo no acuso a los jóvenes.
Podíamos suponer que ninguno de los mozos era universitario. A los universitarios se les supone cultura, modales, y ansias de saber. Pero en defensa de los mozos universitarios que protagonizaron la tangana debo decir que no son culpables.
Los culpables son los principios reaccionarios de lo que denomina Sahra Wagenknecht “liberalismo de izquierdas”. Thomas Piketty les llama “izquierda electoral”, “partido de los titulados” o “izquierda brahmánica”. Gustavo Bueno los clasifica como “izquierda indefinida”. “Idealismo pequeño burgués” diría Marx.
La tangana organizada en Granada por lo mayorales y sus mozos, es ejemplo de un actuar que para Sahra Wagenknecht, “es como convierten los liberales de izquierda batallas culturales en divisiones y polarizaciones de nuestra sociedad por lo menos en la misma medida en la que lo hacen los discursos de odio de los ultraderechistas”.
Sahra Wagenknecht en su obra Los engreídos, nos recuerda cosas tan simples como “el que escucha repetidamente que es de extrema derecha acaba por no sentirse amenazado, sino seguro, cuando escucha ser de extrema derecha. Y cuanto más arrogante y más increpante sea el tono con el que se acuse de ser sospechoso de simpatizar con la extrema derecha a los que no comparten las tesis cosmopolitas, políticamente identitarias y en favor de la UE del liberalismo de izquierdas, más probable será que los afectados dirijan sus simpatías políticas precisamente hacia aquellos que menos les insultan y menosprecian moralmente.
No hay que ser sabio para saber que “Ofender e insultar a las personas también es el medio más seguro para conseguir que se pongan en contra de todo aquello relacionado con el que les insulta. Si el que les insulta es de izquierda, empezaran a odiar a todo lo de izquierdas”…. Y los amos del cortijo lo saben, y aplican con ahínco…
Desde unos años para acá, los amos del cortijo ordenan a sus mayorales que sus mozos monten tanganas. Su objetivo es desprestigiar los valores tradicionales de la Universidad y deshonrar un pensamiento que ellos no representan ni tienen. Desacreditan a una parte de la izquierda, haciéndose pasar por “izquierda”
A los amos del cortijo les importa un higo el 20% de la población en situación de pobreza o las clases asalariadas con sueldos de subsistencia. A los amos del cortijo les interesa hacer sus negocios, mantenerse en el poder, y ahora, con el dinero del pueblo comprar armas, para que los mismos mozos se mueran en las estepas, con tangana o sin tangana. ¡Pobres mozos mil euristas! Los amos del cortijo los van a machacar.
Al día siguiente, 18 de marzo, al profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla, Joaquín Urías, que fue letrado del Tribunal Constitucional, y miembro de Podemos, le montaron otra tangana otros mozos de otros mayorales, pero estos estaban cara el sol.
Los amos del cortijo están convirtiendo la Universidad en una cantina pareja a la del parlamento, o a la de un plató de telebasura. No hay derecho.