Javier Sánchez de Dios es una voz familiar. Y hablo en presente ya que considero que “os bos e xenerosos” no se callan nunca.
Desperté y trabajé durante años escuchando su voz por las mañanas. Pendiente de que sus palabras salieran al aire mientras preparaba (en muchas ocasiones con el amigo Huelvis) los contenidos del programa matinal de Radio Xallas.
Porque en Radio Xallas (A través de Cadena Noroeste, Punto Radio o Radio Líder) se escuchó durante varias temporadas el programa presentado por este maestro de periodistas.
Vehemente y sensible. Como una marea radiofónica que con sus olas hacía temblar las piedras cómodas de políticos y entidades. Pero también sabía valorar, apreciar y poner en valor el trabajo y las intenciones de las personas.
Cada vez que coincidí con Don Javier, siempre me hablaba de Camariñas en donde había pasado temporadas y tenía buenos recuerdos. También de Santa Comba y de algunos acontecimientos políticos que tuvieron lugar aquí.
Nunca se me olvidará la cobertura informativa del Prestige en donde nos dejamos la piel capitaneados por este gigante de la comunicación. Ni muchas llamadas de personas (incluídos cargos políticos) que estaban de acuerdo o en desacuerdo con sus opiniones.
Eso demostraba que lo escuchaban. Y que repartía críticas por todo el arco político. Sánchez de Dios se mojaba y sabía. Pero no era sectario ni amarillista, tan de moda en estos tiempos.
Ya no hablo de sus sagaces artículos en Faro de Vigo.Un periodista de raza, una pluma excelente. Se apaga un micrófono necesario. Pero su voz me acompañará como en aquellas de mañanas xalleiras de café negro y crónicas. Gracias por todo, maestro.
