El dia 20 de febrero la Diputacion de Pontevedra inauguró, asi lo llamaron, una figura consistente en un burro de bronce que se revuelca en un charco de lodo. La historia es la siguiente: Doña Emilia Pardo Bazan escribió un relato en 1899 sobre un asno enfermo que fue abandonado en la isla de A Toxa. El dueño antes de sacrificarlo decidio dejarlo abandonado, por aquello de “ojos que no ven corazon que no siente”.
La leyenda fue publicada en la revista Ilustración Artística por la ilustre escritora y sirvió para vender las virtudes de las aguas termales de la isla. Tal vez venía a decir que lo que cura a un asno también cura a un humano. Cosas de Doña Emilia.
Un afiliado al PSOE que lo situaron como secretario de Estado de Justicia, y es por decisión de sus camaradas numero dos del Ministerio, hace unos días declaró que los Letrados de la Administración de Justicia son unos golpistas. También opinó que la huelga “es de personas privilegiadas que cobran entre 40.000 y 60.000 euros al año”.
Considera el ilustre socialista discípulo de Borrell y Solana que los huelguistas usan “un lenguaje bélico inentendible en estos tiempos”. El hombre, por si teníamos interés, nos informó que “soy vasco y me ha tocado negociar muchas veces bajo presión, y eso se acabó cuando se acabó el terrorismo. Bajo presión ya no es negociación”. Tras sesudos análisis jurídicos el insigne secretario considera que los huelguistas tienen de rehenes a los ciudadanos.
Tal vez el camarada socialista actúa como Bertrand du Guesclin, aquel que pronunció su famoso ‘Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor’. El secretario de Estado defiende su cargo porque lo colocaron en ese puesto, y es a sus jefes a quien debe sumisión. Lo cual es obvio en este régimen poco democrático y muy partitocratico. Por todo ello, y ante la tensión nerviosa que padece el secretario de Estado, puede y debería hacer caso a sus camaradas gallegos, y pasar unos días en el balneario de A Toxa.
Le ayudarían a rebajar su nerviosismo. Con su sueldo de secretario de Estado bien se puede pagar una estancia en el balneario de Alfonso XIII, así como disfrutar de la insigne obra artística ideada por sus compañeros de partido, que para algo la inauguraron.
FOTO-DEPUTACIÓN DE PONTEVEDRA
