Hemos visto durante todos estos años como el aparato de propaganda del PP gallego nos muestra la imagen del Presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, como un gran gestor, personalmente lo denominaría gestión partidista, en la cual solo existe un color, el azul gaviota, lo viviremos en un nuevo «Aló Presidente» en el inicio del nuevo curso político.
Esta gestión a lo que nos ha llevado es al vagón de cola con respecto a otras comunidades de nuestro país, llevándonos a una precariedad en dos servicios tan esenciales como son la sanidad y educación. La impunidad con que actúan los cargos políticos que nos representan nos lo recuerda el Informe Económico-Financiero de las Entidades Instrumentales Autonómicas aprobado por el Consello de Contas de Galicia, en el que alerta que el Sr. Feijóo gestiona el 15% del presupuesto de la Xunta a través de «chiringuitos y entidades instrumentales» de las cuales muchas no justifican sus gastos ni actividad.
Ahora se suma la noticia que la Xunta modifica una ley para que la consejera Ethel Vázquez pueda seguir cobrando un sobresueldo cuando cese y, seguir colocando a ex altos cargos y personas afines al PP con generosas condiciones laborales y salariales, según fuentes sindicales del CSIF denunciado en un periódico digital nacional.
A estos escandalosos movimientos tenemos que sumarle la pésima gestión en sanidad, unas listas de espera maquilladas y falta de personal sanitario, lo cual nos lleva a demandar de quien nos representa un incremento sustancial en los recursos para atención primaria, invirtiendo en capital humano. Está demostrado que los países con altas tasas de inversión en educación y sanidad tienden a presentar mayores tasa de crecimiento económico.
