En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…Así comienza la obra cumbre de la literatura mundial, escrita por un español en nuestro Siglo de Oro.
Desconozco si en la actualidad se sigue leyendo en todas las escuelas de España, o si ha quedado relegado solo a la castellano-manchega para no desmerecer con el nivel de excelso conocimiento de los ríos y montañas de cada comunidad autónoma… yo afortunadamente lo leí junto al resto de mis compañeros en clase unas cuantas veces.
En aquél entonces, no logré entender porqué era una obra tan importante. Sí recuerdo perfectamente las risas de toda la clase, cuando leímos el famoso capítulo de los molinos de viento: un hombre cabalgando lanza en ristre hacia ellos pensando que eran gigantes, mientras otro en un burro le gritaba desesperado que era todo un error. Sólo podía acabar como acabó. El pobre D. Quijote maltrecho y herido. Pero, ni aún así reconoció su error, lo justificó como hechizos del malvado Frestón y porque D. Quijote, abstraído por las lecturas de caballerías, lo que buscaba era el bien y `desfacer entuertos`.
Han pasado algo más de 400 años y el Quijote sigue vivo en nuestra sociedad, supongo que en eso consiste parte de su mérito, además evidentemente de su calidad literaria.
Ahora comienzo a entender….Nunca es tarde.
Hace una semana en La Coruña han ocurrido unos hechos escalofriantes, cualquier calificativo se quedaría corto para describir la barbarie de un asesinato a golpes, a patadas…gratuito. Porque todos los asesinatos son gratuitos; la vida humana es sagrada y nadie, nunca, bajo ningún concepto tiene la más mínima excusa para arrebatarla. TODAS las víctimas son inocentes, independientemente de su sexo, religión, ideas, raza, condición social….TODAS SON INOCENTES.
Al poco tiempo de ocurrir este execrable crimen, desde las redes sociales, personas anónimas y públicas se lanzaron cual quijotes a los que se `les secó el seso` de leer tanta basura ideológica de izquierdas, con sus lanzas en ristre, contra VOX cegados por tanta mentira y tanta patraña vomitada a diario desde redes sociales y medios de comunicación.
Nos acusan de intolerantes, racistas, fanáticos, misóginos; nos denominan extremistas, radicales y cualquier calificativo peyorativo es apropiado para nosotros ante la total permisividad del resto de partidos políticos y una parte de la sociedad. MIENTE QUE ALGO QUEDA…
Hace unos días un individuo publicó en twitter una fotografía con dirigentes y simpatizantes de VOX La Coruña, acusándonos de ser los autores intelectuales de esa atrocidad. ¿Con qué sentido, con qué intención? ¿Señalar, acusar, instigar actos violentos hacia personas concretas? ¿Es esto libertad de expresión? ¿Se puede acusar impunemente?
Como antiquijotes, viven por y para sus fantasías en un mundo paralelo, fruto de su deturpada imaginación y además, se lo creen, pero no para buscar el bien, sino para sembrar el mal.
Inventar enemigos inexistentes para justificar sus conductas o acusar a otras personas de cometer actos que no han realizado, es simplemente MENTIR.
Pero quién lo consiente, alienta o permite con su silencio cómplice, poniéndose de perfil o mirando para otro lado, es también responsable de las consecuencias que acarrea.
Afortunadamente, ya hay detenidos.
¿Rectificarán los antiquijotes o se apoyarán en un malvado Frestón para seguir anclados en su lucha «antifascista»?
Nuestro agradecimiento a la policía por su excelente trabajo, y a los familiares y amigos de Samuel nuestras sinceras condolencias y todo el apoyo moral y humano.
A sus asesinos nuestro desprecio y todo el peso de la ley.