Todos los modelos de sociedad animal se basan en el cumplimiento de unas normas de convivencia. Da igual hablar de colmenas, hormigueros, termiteros o comunidades humanas. Cualquiera de ellas sobrevive basándose en el estricto cumplimiento de unas normas necesarias para la supervivencia del grupo, el aporte de comida , la defensa del territorio, la reproducción, etc. Nadie es más que nadie, todos los individuos tienen su función y cuando se respetan y realizan su trabajo la colonia crece.
Ninguna colmena sobreviviría sin reina, una reina sería inútil sin obreras, y no podría reproducirse en ausencia de zánganos. Hay abejas dedicadas a alimentar crías, otras cuidan los huevos, defienden la colmena, buscan y transportan comida….Todas son imprescindibles y respetan la organización social por el bien común.
Exactamente igual ocurre en la sociedad humana. Las personas somos animales sociales y por eso nos hemos dado unas normas de convivencia ; de su respeto y cumplimiento dependerá la salud y el bienestar de la sociedad.
Hay personas cuya función es elaborar leyes (diputados), velar por su cumplimiento ( policías), impartir justicia ( jueces), defendernos (ejército), alimentarnos (agricultores y ganaderos), etc. Todo funciona bien, como un perfecto engranaje, hasta que algunos miembros de la sociedad deciden romper las reglas. Si el resto de la sociedad no reacciona y no los controla adecuadamente será el principio del fin.
Hace demasiado tiempo, una parte de la sociedad española decidió no respetar esas normas de convivencia que nos dimos a nosotros mismos los españoles, para vivir de forma próspera y cordial, y se instauró en un permanente chantaje a la otra parte de la sociedad . Tiene nombre y se llama políticos nacionalistas Otra parte de la sociedad lo permitió deliberadamente, también tienen nombre: políticos españoles.
El resultado : caos desorden y violencia, escenificado el 1 de octubre de 2017 en Cataluña.
Todos lo conocemos.
La parte de la sociedad encargada de impartir justicia, los jueces, se pronunciaron y las consecuencias de su sentencia judicial, fue más desorden y más violencia, llegando por momentos al caos en determinados lugares de Barcelona, como la plaza Urquinaona, en octubre de 2019.
Ante esta insostenible situación, la parte de la sociedad encargada de velar por el cumplimiento del orden ( policía) actuó, cumpliendo su deber, por el bien de la sociedad y de la convivencia.
De los más de 300 policías heridos, dos de ellos
– ANGEL MANUEL HERNÁNDEZ SÁNCHEZ
– IVÁN ÁLVAREZ FAGINAS
Se llevaron la peor parte, y por defender nuestras normas de convivencia sufrieron gravísimas lesiones que los han apartado definitivamente de su trabajo.
Su mayor condecoración es el deber cumplido, pero la sociedad española estará en permanente deuda con ellos y desde luego una jubilación por «enfermedad común», no es la mejor forma de saldar esa deuda.
Me pregunto si los responsables de esa decisión pueden dormir tranquilos.
Una sociedad que minimiza, relativiza y se pone de perfil ante actos que atentan gravísimamente contra las normas básicas de convivencia y abandona en un segundo plano a quien las defiende a costa de su propia integridad física y psicológica, debería recapacitar.
Quien lanza ideas utópicas y absurdas, sin el más mínimo rigor histórico y para difundirlas inventa enemigos ficticios e inexistentes tiene un problema enorme. Miguel de Cervantes los describe en la obra maestra universal de la literatura española : EL QUIJOTE.
Estas personas no merecen el INDULTO de la sociedad española pero quien consiente y ampara con su silencio sus actos, tiene la misma responsabilidad o más y representan el menosprecio y el INSULTO a esa misma sociedad.
Desde VOX, queremos expresar nuestra gratitud, apoyo y admiración por todas y cada una de las personas que velan a diario por la convivencia en nuestra querida España, y muy especialmente a estos dos agentes de la policía nacional. A ellos….a todos: GRACIAS
