Que la avicultura es mucho más que tener un animal metido en una jaula es evidente. Tan evidente como que a este colectivo les ha faltado visualizar su trabajo. No es exagerado el símil que utilizó hace unos días Iñaki Hernández(Zoo Koki) sobre molinos y gigantes.
He visitado aviarios y gracias a la colaboración del gran Francisco Javier Rodríguez Penedo pude entrevistar a una selecta representación de criadores de Galicia, España y del mundo. Les he dado voz en mi programa de radio, porque me suscitó interés el tema, tiene relación con el medio rural y percibí una ausencia de cobertura tremenda.
En todo este tiempo he empleado unas cuantas horas a escuchar, preguntar, leer y ver. Y siendo consciente de que como en todo también habrá «puntos negros», las conclusiones que saco no pueden ser más positivas.
Hay un respecto total e inmenso afecto hacia sus pájaros, que reciben cuidados con esmero. Forman parte de sus familias. Celebran la vida y sufren los contratiempos de sus aves.
Hay una función social y de divulgación. Abren las puertas de sus aviarios a los curiosos que como yo quisieron ver lo que se movía dentro. Enseñan valores a las nuevas generaciones llevando sus «emplumados» a las aulas. Difunden y publican sus experiencias y conocimientos.
Hay un compromiso con el medio ambiente. Se lo explicaría mejor Rafael Zamora, Nuhacet Fernández o el propio Iñaki, pero gracias a la cría en cautividad hay especies que siguen sobreviviendo gracias a distintos proyectos.
Comparten sus conocimientos, dinamizan el medio rural con sus obras en los aviarios, con la compra de alimentos, gastos en servicios veterinarios. Etc…Y además hay una responsabilidad y una continua perfección. Los procesos de cría son rigurosos. Escuchando a Javier Pérez Docampo o al amigo Ucha te das cuenta de que esto va en serio. Todo controlado, todo documentado.
No sé cuantas personas que presumen de ser grandes ecologistas pueden reunir tantas cualidades y muestras de compromiso social. Los sofás son más cómodos que las jaulas. Es más fácil escribir un tuit que limpiar excrementos de guacamayo. Cada uno hace lo que quiere. Pero sería interesante y honrado, conocer antes de criticar. Antes de poner barreras a quién cree en lo que hace y genera un efecto positivo en su entorno.
Lo único que les falta es pasar a la acción y agitar la noble bandera que tienen entre sus manos. Son defensores de la vida y merecen todo mi respeto y admiración.