El miedo se ha instalado, como querían que sucediera, en la sociedad. La sensación de pesimismo y derrota de la sociedad es evidente. Y los analistas y periodistas del sistema culpan a la clase política por su mediocridad. La culpa es tener unos políticos mediocres, y analfabetos totales, dicen. Y no les falta razón en la descripción, dado que es evidente que el sistema partitocratico lleva a la mediocridad, y ya acarrea mucho daño en la vida de los partidos desde hace décadas. Es una ley natural del sistema partitocratico. Sociólogos como Michels, Mosca, Pareto, por no citar al odiado Marx, ya indicaron los orígenes diversos de esa realidad inherente al sistema.
Y dicho ello, reconocida esa realidad, tenemos que dar la razón a que tenemos una clase dirigente excelente. Porque hay que diferenciar la clase política (meros actores de telenovela), y la clase dirigente que domina y manda, ordenando a la clase política lo que puede o no puede hacer.
Ahora la clase política mediocre sigue con su teatro, con su actuación vulgar: que si echamos al Rey, que si tuneamos el Valle de los Caídos, y ¡Por la diosa Atenea!, ponemos a Irene Montero, al frente de la Real Academia de la Lengua… todo muy «progresista». Esa excelente política de propaganda y de ocultación de la realidad, es inmejorable. Es cierto. Los políticos actuales son mediocre en conocimientos, mas en hacer el tonto y despistar al pueblo, son bastantes buenos.
Lo importante es ver quién se queda con la riqueza. El que se quede con la riqueza, es el que manda. Ya sabemos que los trabajadores en todas las áreas de responsabilidad, (obreros, autónomos, profesiones liberales, pequeños comerciantes, agricultores, etc, etc), son los que crean la riqueza, y a los que les expropian su trabajo en beneficio de esa clase dirigente. Clase que no se presenta a las elecciones, y que manda a través de los mediocres políticos.
¿Quién es esa clase dirigente?. Pues es esa clase que se quedó con ABANCA, con los 8.000 mil millones de euros para (mentira) sanarla, y los depósitos e inmuebles gratis. Es la misma clase que se queda con BANKIA, con sus ingentes depósitos bancarios, con sus inmuebles, con los miles de millones de euros de los impuestos metidos en ella para sanarla (mentira, era para ellos, los de hoy). ¿Les suena ALCOA, (Aluminum Co. of America ) y su precioso negocio de hace solo 20 años consistente en quedarse con las siderurgias públicas del estado y gratis?.
También es interesante recordar el gran negocio de la SEAT, S.A. (siglas de Sociedad Española de Automóviles de Turismo). En su día, otro político mediocre, Felipe González, al servicio del grupo alemán Volkswagen, cumplió con la orden del S.P.D. Todo dentro del proceso de «reconversión Industrial», y todo muy, muy , muy, «progresista».
Por ello, nos encontramos con una clase política que estuvo, y está al servicio de la verdadera clase dirigente. La clase dirigente está acumulando la riqueza, y los políticos montan el espectáculo parlamentario, para despistar, distraer al pueblo. Por ello, detrás de las críticas a la clase política mediocre, se esconde una maniobra para despistar al pueblo, dado que esa clase política siempre está al servicio de esos grandes grupos financieros e industriales. La clase dirigente son los que se quedaron con las empresas públicas del estado (el INI), los que se quedaron con la banca pública, y los que van a quedarse con lo que resta del estado. Son ellos los que dirigen muy hábilmente la realidad económica y política. Mientras los políticos a lo suyo: Unos con sus «Memorias democráticas», y su «consenso» y otros con sus chichos, melena y diademas; Espectáculo….