La política que el gobierno progresista había prometido se está cumpliendo. Y es que todos los gobiernos progresistas se caracterizaron por ser fieles a su papel, a su función en el actual régimen. Desde Felipe González hasta el gobierno de hoy de Pedro Sanchez, Pablo Iglesias, y el general Julio Rodriguez, son leales a sus financiadores, la gran banca.
Sus patrocinadores agradecen públicamente su gran gestión: Ana Botín, presidenta del Banco Santander, declaraba que «tanto los ERTE como ICO han funcionado fenomenal y más rápido que en Alemania e Inglaterra». Carlos Torres Vila, presidente del BBVA, aseguraba que «la respuesta que se ha dado hasta ahora a corto plazo ha ido en la buena línea». El presidente de Telefónica, Jose Maria Álvarez-Pallete, y el Presidente de Iberdrola, Ignacio Sanchez Galan, aplauden la política del gobierno. Y no es para menos. Las cosas van muy bien para las grandes empresas y la banca. Y cuando llegue el momento en que todo este de saldo, les ira muchísimo mejor. A mayor quiebra del estado mayor beneficio para la banca.
Vemos cómo este gobierno de coalición, «el más progresista de la historia», muestra su absoluta lealtad a la élite empresarial, con la creación de la «Unidad de Seguimiento del Fondo de Recuperación», un equipo destinado a dirigir la economía española en esta «nueva normalidad» y del que formarán parte grandes empresas, como bancos, energéticas y tecnológicas. Una vez más, estos progresistas están al servicio de sus patrocinadores.
Uno de los jefes del gobierno de Podemos, Pablo Iglesias, (en alianza con el general Julio Rodriguez, el jefe del gabinete de vicepresidencia), en el programa Al rojo vivo, declaraba: «Lo que se está jugando ahora mismo en nuestro país es, además, la necesidad de que una nueva élite empresarial asuma el protagonismo en la nueva época que se está construyendo».
Para el Secretario General de Podemos y Vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030 (Centro de reparto entre la oligarquía de los dineros públicos), es necesaria una nueva élite empresarial, aunque parece ser que a falta de una nueva, los directivos del Ibex 35 le valen de momento. Y los que hay de momento, también están contentos con su gobierno. La concordia y el dialogo entre la banca, gran capital español e internacional es perfecta.
La fusión de BANKIA y CAIXABANK con las estampillas administrativas del gobierno, es otro ejemplo del buen hacer del gobierno al servicio de sus tutores. Hace solo 10 años, el progresista Zapatero, regalo 120.000 millones de euros, posteriormente la banca pública paso a la mano de la oligarquía financiera, los amos del país. Ahora el gobierno progresista da un paso más, y regala los fondos destinados en su día a BANKIA a los dueños del sistema, la oligarquía financiera.
Tenemos que tener presente que el gran negocio actual es la deuda pública. El déficit del estado es objeto de especulación y beneficios para la banca. Cada año, nuevo déficit, nuevos préstamos, y con ello la aristocracia financiera saca unos ingentes beneficios. A mayor quiera del estado, más progreso y beneficio para la banca.
Ya sea con la mano izquierda (los electivos progresistas), o con la mano derecha (los electivos centristas), la banca llena sus cajas con el dinero que los pequeños empresarios, autónomos y la inmensa clase trabajadora se ven obligados a pagar vía impuestos.
Y es que el eslogan «sola y borracha quiero llegar a casa», era muy realista: con la tasa de paro existente, los salarios paupérrimos, las reformas laborales realizadas por los progresistas y centristas, los impuestos y coste de la vida prohibitivos, la imposibilidad de formar una familia, etc, la soledad y la evasión de la realidad es una trágica tentación…