La historia nos demuestra que casi todos los programas de shock son exitosos en el alcance de sus objetivos y casi todos los gradualistas fracasan.
Ante las últimas medidas implementadas por el gobierno queda meridianamente claro que los dirigentes políticos ignoran todo el potencial que detentan en un estado de alarma, con un sector económico postrado a sus mandatos y ocurrencias, pero que se empecinan en mantener aletargado y a medio gas. Siguen sin entender que el sector privado es la savia de una sociedad y el único que puede movilizar todos los ingentes recursos que como país albergamos.
En esta crisis los dos objetivos que gobernante responsable se debe marcar para mejorar la vida de los ciudadanos, a los cuales se debe, para comenzar a atisbar una salida al final del túnel sin generar una hecatombe económica, son:
– Obtención inmediata de los test y productos de protección y atención sanitaria: Con prioridad para los sanitarios que ya están haciendo su trabajo. No estamos hablando de tecnología de última generación impagable sino de piezas de plástico y tela.
– Movilización de los ingentes recursos humanos ociosos en esta situación de emergencia nacional.
Para la consecución de ambos objetivos se podrían tomar las siguientes acciones:
– Contactar con las grandes empresas del país para la fabricación del material sanitario requerido: con una infraestructura productiva a nivel mundial de primer nivel y con profesionales altamente cualificados, pueden adaptar sus procesos productivos de manera temporal hacia la fabricación de todo el material descrito anteriormente. Incluso barajar el uso de la capacidad logística de las compañías aéreas para la recogida de materiales sanitarios adquiridos en el extranjero de manera eficaz y sin demoras.
– Movilización de estudiantes de la rama sanitaria y parados con formación en esa rama: Miles de estudiantes de último curso de enfermería especialmente, pero también de medicina, permanecen ociosos en sus casas ante el cese de las actividades lectivas. Por tanto se requiere la movilización de todos ellos hacia los centros de salud y hospitales que los demanden con desplazamiento por todo el territorio en función de las necesidades.
Desempeñarán sus albores apoyando a sus futuros colegas de profesión ya extenuados y sometidos a niveles de estrés muy altos, dándoles descanso y adquiriendo paralelamente una formación impagable. Será una experiencia vital imborrable que toda la sociedad les agradecerá y ellos llevarán consigo durante toda su vida. Lo mismo sucede con las personas desempleadas cualificadas en estas especialidades, que mantendrán el cobro de sus prestaciones al tiempo que desempeñan una tarea humanitaria loable.
– Gestionar la movilización de todo ese capital humano a través de empresas de transporte, empresas de gestión de recursos humanos y agencias de viajes, las cuales se encargarán de buscar el personal y el alojamiento requerido en el sector hotelero de las centros urbanos más afectados. Si fuese necesario, a su vez se pondrá en marcha el abastecimiento alimentario de todo el personal movilizado mediante empresas de catering y similares, usando a empresas de transporte urbano para el traslado de los productos a los centros de salud y hospitales.
– Preparación por parte de los supermercados de cestas de alimentos básicos de emergencia para ser distribuidos a las familias interesadas, confinadas en sus domicilios, evitando que estas tengan que desplazarse y reduciendo así el riesgo para ellas. Esta medida tiene especial interés para las personas mayores de nuestra sociedad que en este momento son lo más necesitados y tienen más riesgo de contagio y dificultades de movilidad. La distribución de todo estas cestas se hará a través de las empresas de transporte urbano.
– Aplicación de un mercado laboral flexible mientras dure el estado de alarma: Eliminación de indemnizaciones, salario mínimo y establecimiento de un pago único de 50€ a la S.Social en las contrataciones realizadas durante este periodo. La prioridad es la asignación eficiente y veloz de los recursos y un mercado laboral flexible es clave. Los supermercados necesitarán nuevos trabajadores para movilizar esa cantidad de productos, las empresas de transporte probablemente también.
Los incentivos de estas medidas son múltiples para el sector privado y el sector público y fundamentalmente es la sociedad en su conjunto la que se beneficia:
– Evita el parón total de sectores enteros de la economía con la consiguiente pérdida económica que eso va a significar. Si fuese necesario, siempre circunscribirse a territorios concretos, pero nunca de manera generalizada.
– Canaliza el gasto del Estado hacia donde es realmente efectivo, ya que muchas empresas podrán continuar operando cubriendo costes, aunque sea con un beneficio exiguo.
– Se reducen los gastos del Estado en medidas ineficaces por varias vías: en prestaciones varias a los trabajadores con la reducción del número de ERTE Ìs, en cantidades en avales puestas ya en marcha que protegen esencialmente al sector financiero, con un coste potencialmente elevado y una eficacia muy discutible.
– Se potencia a la industria nacional y nos estaremos preparando para futuras crisis similares que puedan ocurrir en el futuro.
– Aumenta la cohesión social, ensalza los valores de la solidaridad y el esfuerzo ante la adversidad que harán a nuestro país mas resistente ante los envites que habrán de venir.
Son medidas drásticas para momentos críticos que pretenden ampliar el marco de pensamiento de las personas que hoy tienen que tomar decisiones importantes
Nos jugamos mucho, salir unidos y fortalecidos como país o en desbandada.
Lo que necesitamos son capitanes en la tempestad y no grumetes bien intencionados pero incompetentes e insensatos…. de nuestras élites gobernantes depende.