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jueves, septiembre 5, 2024

Crónicas de la II Restauración.Pacto a la Israelí

Sanchez es presidente. La novedad del hecho está en que el turno o cambio en el gobierno de España se realiza dentro de la legislatura, en vez de esperar a los próximos comicios. El objetivo del cambio de presidente es mantener el control por parte del PP y PSOE del Estado, y preparar las próximas elecciones con garantías de éxito para los dos partidos del sistema.
Frente a la europea, lógica y natural «Gran Coalición», PP + PSOE, como abogaba Felipe Gonzalez y muchos jerarcas del PSOE, como quería Bruselas, o el SPD, la oligarquía política española optó por el conocido como «Pacto a la Israelí», repartiéndose por turnos el gobierno. 2 años PP y dos años PSOE. Así, el PSOE se abstuvo de votar en contra del PP hace dos años, (el «no es no» fue descartado y recuerde el lector el coste para el «aparato» del PSOE), y Rajoy gracias a ello salió elegido presidente. Dos años después Rajoy entrega el Poder a Sanchez, en vez de utilizar su posibilidad de dimitir, y bloquear la operación.
La diferencia es que en vez de ser público el pacto PP-PSOE, como en Alemania, o como lo fue en su día en Israel, lo mantuvieron opaco; y ello por muchos motivos, pero nos centraremos en los dos más importantes. El primero, la existencia de muchos prejuicios en el electorado español, consecuencia de la sobreactuación de los líderes del PP y PSOE. A pesar de compartir un ideario económico similar, y el mismo modelo de Estado, siguen utilizando en demasía la política espectáculo. Todo lo importante como el tema de los artículos 135, 155, política exterior, política laboral y económica están pactados por los dos partidos. Y el segundo motivo y tal vez mas importante, de no optar por la «Gran Coalición», y sí por el opaco «pacto a la Israelí» es el ascenso del populismo representado por la amenaza de Ciudadanos.
La entrada de dos partidos en acción, Podemos y Ciudadanos, y de manera muy especial de Ciudadanos, trastocó o imposibilitó la «Gran Coalición». Una parte de la élite económica, en vez de resolver sus problemas en los despachos como hacen siempre, decidió crear una organización política para condicionar al PP y PSOE, lo que conocemos por Ciudadanos. Esta organización resto millones de votos al PP y PSOE, y sobre todo trastocó el reparto de los diputados. Realizar la «Gran Coalición» como querían muchos poderes del Estado, con Cs en la oposición, hubiera sido un desgaste inasumible para el Bipartito o «Gran coalición». Podemos e IU (y sus confluencias) es la izquierda tradicional o socialdemócrata de toda la vida, una IU crecida por los efectos de la crisis, y si bien la élite económica no apoya su gobierno (como es lógico), la izquierda no plantea problemas constitucionales.
Ciudadanos es el enemigo natural del PP y PSOE ya que compite por la derecha y con las derechas; lo que en España se llama centro político. A mayores, y es determinante, Cs adopto un recalcitrante antinacionalismo, y un posicionamiento anticonstitucional en relación con el Concierto vasco en funcionamiento desde 1878, hace 140 años. Así el jueves 23 de noviembre de 2017 Cs voto en contra del proyecto de ley del concierto vasco, votando a favor 294 diputados. Ese día tal vez firmo su disolución. Y también está en contra del Convenio Navarro.
En esta operación de nombramiento del nuevo presidente, Rajoy demostró sus dotes de líder político, escenificando la entrega del poder a Sanchez, 7º presidente de la II Restauración. Lo que El País en la editorial del 6 de junio «Un nuevo PP», llamó «vertiginosos acontecimientos». Sobre las vicisitudes internas del PP poco se puede añadir a lo publicado, siendo de mucho interés lo indicado por Rafa Cuiña en su artículo «Foise co Vento».
Así la izquierda, Podemos IU, y Marea, con prácticamente igual número de votos que el PSOE, demostró su madurez y realismo. Apoyó a Sanchez sin entrar en el gobierno. Votar en contra de Sanchez hubiera significado su hundimiento electoral, dado que los medios de comunicación pro-PSOE la desacreditarían mortalmente. Conocieran o no el pacto secreto entre el PP-PSOE, demostraron inteligencia y pragmatismo.
Ciudadanos se enfrenta a graves retos. Apoyó al PSOE, apoyó al PP, le quito el apoyo a Rajoy en los últimos días de mayo, y se ha colocado en posición de jaque. Su programa económico y laboral ya es defendido por Sanchez, ahora en la presidencia del gobierno, y por el PP, ahora líder de la oposición. Su rechazo radical a todo lo que sea nacionalismo y en especial al concierto económico vasco y convenio navarro lo colocan al margen de cualquier maniobra con el PP y PSOE. A mayores, Sanchez buscara un arreglo con los financiadores de Cs y con los medios que le dan cobertura mediática. Pronto se verá su efecto.
Y la tenaza parlamentaria PP-PSOE hará lo previsible: eliminar a Rivera. No puede haber tres «centros derechas» en España. La izquierda en el ámbito económico también sufrirá el mismo trato. Sanchez ya anuncio leyes, reformas, y la propaganda ilusionante empieza a circular. Mas de política salarial, y política laboral, no avanza nada. ¿Asistiremos al continuismo de Sanchez en política salarial y laboral con la política de Rajoy, Zapatero, Aznar y Gonzalez?. La respuesta es obvia.
La gran ausente en este acto presidencial fue el nacionalismo gallego. El BNG hegemónico al estar fuera del parlamento español desconocemos lo que hubiera votado. Mas un gobierno de Sanchez en Madrid con Feijoo en la Xunta favorece su reconstrucción. Compromiso por Galicia si se implanta en las municipales, y sobre todo Rafa Cuiña, tendrá un papel a desempeñar de cara a las próximas elecciones autonómicas.
En definitiva, con la presidencia de Sanchez el PP y PSOE se refuerzan en sus posiciones. El PP va camino de regenerarse, vitaminarse, mineralizarse y en verano, broncearse. El 7 de junio, el mismo día de la jura del gobierno del PSOE la prensa aplaudió la situación; El País, titula su editorial «Un buen gobierno; En La Voz de Galicia, Xosé Luis Barreiro titula su artículo «Un Consejo de Ministros muy lúcido»; La Razón haciendo un guiño a los mercados apunta en su editorial que «la elección del equipo de gobierno marca claramente el tono y la agenda de mantener la estabilidad y respetar el presupuesto aprobado por Rajoy», y Màrios Carol, el director de La Vanguardia afirma que «la gente empieza a creer que esto va en serio», y que Sanchez «ha conseguido que desde Bruselas se valore el europeísmo del nuevo Gobierno».
Está en marcha la operación para preparar la próxima campaña y eliminar a Cs, que ya está en jaque. Sanchez como presidente de España y el PP como líder parlamentario de la oposición intentaran reconstruir el bipartidismo. Y la izquierda, que votó a Sanchez no entra en el gobierno, a pesar de sus cinco millones de votos.
Veleidades de la democracia, decía Azaña.

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