El Rey Felipe VI no ha mencionado la palabra diálogo en su histórico discurso de hoy. A pesar de que los nacionalistas y comunistas de Podemos se hayan indignado y que el PSOE se haya visto sorprendido, esta era la jugada estratégica más lógica en la Casa Real; por fin la monarquía española ha comprendido que su sostenibilidad depende del centro derecha pero es que además, el Rey parece apostar por el ejercicio de pragmatismo político que articula el Presidente del Gobierno.
Como planteé en mi anterior artículo: «El mejor escenario para España, Cataluña haciendo mutis por el foro», Rajoy ha comprendido que Cataluña se ha perdido, y nada está haciendo para promulgar un acuerdo político.Por ello solo se ha limitado a maniobrar de manera puramente legalista, amparado por los jueces.
Tampoco se esforzó Rajoy en impedir el «Referendum» del domingo, pese a que, seguramente para disimular, empeñó su palabra en ello. En ese proceso solo tuvo que desenmascarar el esperpéntico fraude de los organizadores (ANC) y arrear algo de leña para que una turba se arrojase contra los Cuerpos Y Fuerzas de Seguridad del Estado. Policía Nacional y Guardia Civil son hoy, al mismo tiempo, los sacrificados tras las líneas enemigas y los admirados mártires de las emociones patrias de España.
Rajoy ha logrado lo que deseaba, un pueblo español (y una pequeña parte de Cataluña) que defiende incondicionalmente la Constitución y un Govern que ya no controla la calle, y por tanto que no puede dar ni un solo paso atrás en su «hoja de ruta».
Sin teléfono rojo con la Moncloa, el President Puigdemont se verá obligado a declarar la independencia unilateral (DUI), y como aval solo presenta una consulta tan ilegal como fraudulenta, y sea caso, algunas contusiones que pasados unos días serán olvidados por la opinión pública internacional.
En contra tiene la oposición de la ONU y de la UE, pero sobre todo, debido a esta negación de reconocimiento, un panorama económico desolador por delante. Hoy mismo hemos sabido de la huida de una gran multinacional farmacéutica y de la caída libre de los bancos con sede social catalana.
Y esto no ha hecho más que empezar. El capital extranjero irá haciendo las maletas a medida que vaya detectando que el Govern ya no domina la situación, que habrá una independencia traumática y que Cataluña quedará en una situación jurídica indescriptible e insólita. Total, falta de inversión, recesión, paro, quiebra del sistema económico público y privado, … lo que todos conocemos como «mega crisis».
Los altos miembros del Govern (Puigdemont, Junqueras, Forcadell, Turrull, Forn, Rufián, Tarda etc…), son leones que persiguiendo al sagrado elefante de la independencia, se han encerrado en una gran jaula llamada «Nación Fallida de Catalunya» pero lo peor es que tras ellos se han colado miles y miles de hienas (nota: lo de hienas con el máximo respeto a las personas, es simplemente para construir la alegoría). La ciudadanía independentista está enfurecida y lo más trágico, también ilusionada.
No es fácil, pero si Rajoy sigue controlando a Albert Rivera, a la policía y a los jueces, el PSOE mantiene un mínimo sentido de Estado, (sin caer en la tentación de una moción de censura, eso no lo puedo asegurar) y la comunidad internacional no se pliega, Cataluña quedará como un Estado entre intervenido y aislado, en todo caso, en franca descomposición económica y social. En un par de años será un erial silvano irreconocible.
Dentro de esa gran jaula cundirá el hambre y las hienas, ya para ese entonces, famélicas y frustradas, se comerán a los que un día consideraron valientes leones.
