Como anunciaron, los Riazor Blues abandonaron Riazor en el minuto treinta, eso sí, no sin escuchar del resto de aficionados el grito unánime de «fuera, fuera», acompañado de una más que sonora pitada. En su comunicado los Blues reclaman una limpieza total del club, cargando las tintas sobre el presidente, la directiva, los jugadores y el cuerpo técnico. Se equivocan, ese no es el camino a seguir.
El Depor no es de ellos, es de todos los accionistas, socios, abonados y seguidores de dentro y fuera de La Coruña. Nadie ha intentando vender la permanencia de la forma que se ha conseguido como un éxito, aunque ese era el objetivo principal para la viabilidad y futuro del club. No nos engañemos. Muchos estamos decepcionados y disilusionados con el juego y el nivel alcanzado por el equipo, pero esto no es motivo para calificar al club de «circo», como han hecho los Blues.
Dicen que lo único que precisan es que el club defienda a su gente, sea dónde sea y ante quién sea, y piden respeto a los jugadores por la camiseta que visten. ¿Acaso esta directiva no ha defendido sobradamente a los Riazor Blues?. Los jugadores no han demostrado falta de respeto ninguna, a diferencia de lo visto en la grada por parte de unos pocos con ciertos cánticos, gestos y pancartas. Sí se puede decir que por parte de algún jugador quizás hubo cierta indolencia, falta de profesionalidad y compromiso con el equipo. Nada de esto se le puede achacar, por ejemplo, a Florin Andone, al que se le quiere acusar injustamente de falta de entrega, lucha y compromiso dentro y fuera del campo. Ojalá hubiera once como él todos los días de partido.
¿Qué capitán quieren los Blues?. La respuesta la conocemos todos, el capitán que casi hunde el barco. El capitán que hizo del club su empresa privada, que lo administró con bastante opacidad con una gestión económica puesta en entredicho que generó una deuda millonaria y que hoy está siendo investigada por la justicia por presuntas irregularidades que pueden ser constitutivas de delito.
No puedo negar que en lo deportivo ha sido una temporada nefasta que ha llevado a la parroquia deportivista a una gran frustración. Creo que pocos lo ponen duda. Hay que seguir peleando, tenemos más partidos por delante. Ahora es necesario hacer un profundo análisis de la temporada en su conjunto, cambiar dinámicas y actitudes, corregir errores y buscar las mejores soluciones posibles a todos los niveles. Pero ante todo es necesario que haya unidad entre la directiva, la plantilla y toda la afición -incluidos los Blues si ellos quieren, porque también son parte del Depor-, para seguir remando y disfrutando de nuestro Real Club Deportivo de La Coruña en la máxima categoría y soñar con retos mayores que la permanencia. ¡Forza Depor!.