La Coruña ha tenido gobiernos de distinto signo político que generalmente han sabido desarrollar con inteligencia su labor apoyándose en una necesaria colaboración con distintas instituciones, entidades o asociaciones de cualquier tipo, con el objetivo de conseguir impulsar proyectos, iniciativas o infinidad de actos culturales, deportivos y festivos con los que los coruñeses tanto disfrutamos y con los que muchos nos sentimos identificados, por lo que para nuestra ciudad abierta y hospitalaria significan. Y como no, por la imagen que alguna de nuestras celebraciones trasladan al exterior, convirtiéndose alguna de ellas en un sello de calidad, en la mejor tarjeta de presentación de la ciudad en la que nadie es forastero por el carácter afable y acogedor de sus habitantes.
A nadie se le escapa que una de las festividades con más arraigo y que mejor vende la imagen de nuestra ciudad, es la fiesta de San Juan y sus Hogueras, con toda una serie de actos organizados por la Asociación de Meigas de las Hogueras de San Juan, que siempre contaron con la colaboración del gobierno de turno y la participación de muchos coruñeses.
Y cuando nos referimos y hablamos de la fiesta de San Juan en La Coruña no podemos dejar de obviar y reconocer el papel protagonista que viene teniendo desde hace más de cuatro décadas, en un primer momento, la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan, y, en la actualidad, la Asociación de Meigas de las Hogueras de San Juan, en la recuperación, impulso y proyección de nuestra fiesta más multitudinaria, con más de 5.000 actos a lo largo de los años. Fiesta que después de muchos años de duro trabajo, esfuerzo y dedicación consiguió que el año pasado fuera declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional, convirtiéndose, todavía más, en una fiesta de referencia no solo en Galicia, sino en el resto de España. Éxito, en el que la Asociación de Meigas tiene una gran parte de culpa, por no decir toda, y que es reconocido por la casi totalidad de coruñeses que en ningún momento ven un intento de monopolizar la fiesta sanjuanera, como argumenta el alcalde Xulio Ferreiro. ¿Alguien ha protestado a lo largo de todos estos años por el trabajo y la labor de las Meigas?. Nadie señor Ferreiro.
Ahora el Gobierno de La Marea, que se autoproclama como el gobierno del cambio, como los de la nueva política para «a xente do común», ha iniciado desde su llegada a María Pita, una cruzada contra la Asociación de Meigas a la que le está negando el pan y la sal. El alcalde se negó a recibir a las Meigas en el ayuntamiento, institución que representa a todos, no solo a unos pocos coruñeses, alegando que no lo hacía porque es una asociación con connotaciones castrenses y religiosas. Cosas del sectarismo ideológico.
Posteriormente el Gobierno municipal, en un gesto arbitrario y partidista, negó la utilización del Teatro Rosalía de Castro para las celebraciones del Certamen de Danza de A Noite da Queima y para la Fiesta del Aquelarre Poético. O el hecho de no invitar a la Meiga Mayor al stand de la ciudad en FITUR para promocionar las hogueras, que son un importante reclamo turístico. Eso sí, para sus reuniones participativas abren de par en par las puertas del teatro.
La última puya del ayuntamiento es una llamada de teléfono hecha por un agente de la Policía Local (no sé si con la intención de amedrentar, no lo digo por el agente que cumple órdenes), por la que se le comunica a la asociación la denegación de todos los permisos solicitados para la celebración este próximo mes de junio de muchos de sus actos culturales, lúdicos y festivos. Actos como el desfile de bandas por el Paseo Marítimo, de los pasacalles por el centro de la ciudad, las distintas ofrendas florales, la cabalgata, los fuegos o la colocación de la falla en la playa de Riazor, entre otros.
Y todo rodeado de una actitud irrespetuosa y despreciativa hacia la asociación, como cuando la ínclita concejala, a la que el color rosa le irrita por sexista o que se dedica a abanderar campañas en contra de Inditex, insultó a las Meigas llamándoles «mujeres florero», en una más que penosa intervención en el pleno del ayuntamiento. No ofende quien quiere, sino quien puede. Lejos de rectificar, los mareantes siguen manteniendo el insulto. Insulto que de venir de otros sería calificado de sexista y discriminatorio. Después hablan y reclaman mucho sobre estas cuestiones.
¿Qué motivos existen para prohibir unos actos que no contradicen ninguna norma y que son del agrado de la inmensa mayoría de vecinos, visitantes y turistas?. No existen motivos justificados. Solo existe la miopía política de un gobierno sectario, que actúa de forma revanchista con grandes dosis de mala educación y que se niega a reconocer el éxito y protagonismo altruista que por méritos propios tiene bien ganado la Asociación de Meigas de San Juan por todo su trabajo y dedicación a lo largo de los años. Mérito reconocido por la mayoría de los ciudadanos y de otras instituciones y asociaciones de la ciudad.
Y ese sectarismo, aderezado con el espíritu revanchista típico de los nuevos populismos, puede venir dado principalmente por la frustración del alcalde y todo su equipo de gobierno por su incapacidad para gestionar después de nueve meses una ciudad que les queda muy grande. Un gobierno que ha demostrado con creces su incapacidad y falta de voluntad para dialogar, su incapacidad y falta de voluntad de llegar a acuerdos con la oposición y por su negativa a respetar la voluntad de la mayoría de los coruñeses representados en el pleno, al negarse a acatar la moción aprobada por el PP y PSOE que exigía del Gobierno Local el debido apoyo institucional a la Asociación de Meigas de San Juan. Una nueva política basada en la imposición, en la intolerancia, en la prohibición de todo aquello que no es afín a sus ideas políticas y en el recorte de libertades.
Decía Xulio Ferreiro en su toma de posesión; «no venimos a aquí a acabar con las libertades de nadie, ni venimos aquí a cambiarle la forma de vida a nadie, sino que venimos a poner la institución al servicio de la ciudad». ¿De que presume Sr. Ferreiro?.
Termino proponiendo un gran Dillo Ti en la playa de Riazor, por eso de la participación que tanto gusta a La Marea, para que escuchen como «a xente do común» le decimos alto y claro que no queremos prohibiciones sectarias, que solo queremos, como le ha dicho la mayoría representada en el pleno, se concedan los permisos para que las Meigas de San Juan puedan celebrar, con toda libertad, los actos que tanto gustan a toda la ciudad y que con tanto éxito vienen celebrando desde hace muchos años.
