La Xunta de Galicia ha puesto nuevamente en marcha medidas de control poblacional sobre el lobo ibérico, tras una reciente modificación de la orden anual de vedas. Esta decisión se fundamenta en la aprobación de una nueva normativa a nivel estatal que permite excluir a esta especie del régimen de protección máxima, abriendo la posibilidad de considerarla como especie cinegética en «casos muy concretos de daños recurrentes».
Esperas, batidas y monterías ante ataques reiterados
La conselleira de Medio Ambiente, Ánxeles Vázquez, enfatizó que la caza del lobo «seguirá prohibida con carácter general» en la región. Sin embargo, se podrán autorizar acciones de control como esperas, batidas o monterías en aquellas situaciones donde se registren ataques reiterados que pongan en riesgo la viabilidad económica de las explotaciones agroganaderas.
Según datos proporcionados por la conselleira, desde el año 2010 se ha observado un incremento significativo en los avisos por ataques de lobo, con un aumento del 308%, y el número de animales de granja muertos se elevó en un 186%. Tras la inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial en 2021, los avisos se incrementaron en un 75% en toda Galicia, y la mortalidad de reses aumentó un 57%.
«El lobo no está en peligro de extinción»
Vázquez defendió que la población de lobos en Galicia «no está en peligro de extinción» y que la comunidad autónoma mantiene su compromiso con la protección de la especie. No obstante, insistió en la necesidad de «buscar un equilibrio» que permita la coexistencia entre la conservación del lobo y el desarrollo de la actividad ganadera.
La nueva ordenanza de la Xunta establece que el lobo podrá ser objeto de medidas de control durante todo el año, exceptuando los meses de abril, mayo y junio, periodo en el cual solo se permitirán esperas, siempre y cuando se haya constatado previamente la existencia de daños.
Una novedad importante es que los ayuntamientos más afectados por los ataques de lobo podrán solicitar directamente las autorizaciones de control, sin necesidad de esperar la verificación previa por parte de la Xunta. Asimismo, los ganaderos podrán contactar con los Tecor (Terrenos Cinegéticos de Régimen Especial) o con sus respectivos ayuntamientos para gestionar estas medidas.
Además, se ha elaborado un mapa que identifica los municipios con mayor incidencia de ataques.
Corzos y el caballo gallego, a punto de desaparecer
Ánxeles Vázquez también resaltó que estas medidas buscan proteger otras especies vulnerables presentes en la región, como el corzo y el caballo gallego, este último «a punto de desaparecer». Aclaró que no se autorizarán actuaciones por un único ataque aislado, pero sí en casos con treinta o más incidentes en un año o en áreas donde existan razas equinas autóctonas amenazadas.
La conselleira lamentó que el Gobierno central no atendiera durante más de tres años las peticiones de las comunidades autónomas con presencia de lobos para retirar la especie del Lesrpe al norte del río Duero, siendo finalmente el Congreso de los Diputados quien corrigió esta situación. Subrayó que la situación actual, que permite el control en casos específicos, es la más lógica, dado el favorable estado de conservación de las poblaciones de lobo al norte del Duero. Recordó que los últimos datos en Galicia indican un aumento del 37% en el número de manadas en los últimos veinte años, extendiéndose la especie por más del 91% del territorio gallego, excluyendo grandes núcleos urbanos y el Baixo Miño.