Diego Calviño es aficionado a reptiles y anfibios desde hace años y también se dedica a la divulgación a través del canal de Youtube, Tortugas en Galicia.
Después de años de experiencia con tortugas y otras especies pensaba empezar a criar junto a su familia “para disfrutar de esa experiencia con los más pequeños”.
Ahora lamenta que “nos están arrebatando nuestros proyectos a nosotros que tenemos los animales en las mejores condiciones y que sirven para educar”.
Recuerda que en un “Bio-directo” del Miteco “Nos metieron en el mismo saco que delincuentes y traficantes”. La cosa pintaba mal pero resultó peor.
“Parecía una broma de mal gusto pero acabó siendo una auténtica pesadilla” lamenta Diego Calviño, en declaraciones a Adiante Galicia.
Otro aficionado a la terrariofilia y también divulgador es Javier Magro, que dirige la revista digital “Terrariotecnia”. Se siente doblemente afectado por la Ley.
Como aficionado “no podía seguir manteniendo las instalaciones de mi casa, como hice hasta ahora”. Sus especies forman parte del convenio CITES que está en cuestión aunque sirva “para preservar los hábitats y regular el comercio”.
Le parece un sinsentido las prohibiciones de esta Ley de Bienestar Animal. “No podré seguir reproduciendo las especies, cuando el cortejo y la cópula enriquecen la vida en cautividad de estas especies” añade.
Y como editor de “Terrariotecnia” vislumbra un futuro negro. “Si se limita la actividad profesional a mínimos, los comercios no van a poder seguir apoyando proyectos como el mío”.
Javier Magro deja bien claro que “quiero una mayor protección de los animales pero a través del consenso y escuchando a los afectados y que participen especialistas en materia de bienestar animal”