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martes, marzo 26, 2024

Bautista Gerpe:”El fuego levantaba las piedras pero el wolframio no se derretía”

“Hacían pitillos con billetes de mil pesetas.En aquellos tiempos sobraba el dinero en los bolsillos”//Memorias del Wolframio de Varilongo con Bautista Gerpe Castro// Xosé Manuel Lema.

“Hacía pitillos con billetes de mil pesetas. Eso era verdad. En aquellos tiempos sobraba el dinero en los bolsillos. Había buenas ferias y buen comer e Santa Comba. Y ahora nada”. La reflexión la hacía, al calor de la “lareira”, Bautista Gerpe Castro, un vecino de San Salvador(Santa Comba), de 93 anos que empleó décadas de su vida a la Mina de Varilongo.

Una historia de abundancia de dinero y de anécdotas también:”Una vez mi hermano, que era vigilante, se acercó a una persona que llevaba un pan debajo del brazo. Cogió el pan y dijo. Este panadero parece que hace el pan muy pesado!. Estaba lleno de wolframio. Se hacían muchas astucias para poder pasar por los vigilantes. Lograban sacar kilos”.

Episodios de la “roubeta” o “roubacha”. Bautista nos aclara:”Para los de la casa, para robar no hai cerraduras. Se escondía en wolframio en agujeros  y por lo noche se iba a recoger”.

“La mina de Varilongo dio mucho”. Las crónicas hablan de un auténtico boom económico. Algo que acredita la memoria del amable Bautista:”La mina la descubrió un cura que buscaba un pie para un molino. El cantero cogió una. El cura llegó en un caballo. Le llamó la atención y escarbó una navaja y llevó el material a analizar. Era mineral puro. Así empezó todo”.

Recuerda aquella locura inicial:”La gente empezó a andar por el monte a buscar cuarzo”. Para machacar de forma rudimentaria y encontrar el “oro gris”. Una actividad frenética.

“Y después llegaron Parga y Fierros.Se abrieron los primeros filones.Al principio no se trabajaba el estaño pero después sí” comenta. Como medio de transporte se empezaron a emplear parihuelas, caballos y poco a poco se fue modernizando todo”.

Nuestro interlocutor destaca la revolución que supuso la actividad minera “máis incluso para Santa Comba que para San Salvador”, con personas llegadas de diferentes partes ligando su futuro a la recolección de un mineral determinante en aquellos años. 

“Hacía falta para la guerra. Los cañones podían tirar todo el día que no les pasaba nada”. Un producto muy potente.”Para fundirlo, el fuego levantaba las piedras pero el wolframio no se derretía” sentencia nuestro querido amigo de San Salvador.

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