El secretario general de Unións Agrarias, Roberto García, y el CEO y fundador de Eskariam, David Fernández, ha confirmado que unen fuerzas en la defensa jurídica por vía civil de sus clientes afectados por el cártel lácteo.
Entre el sindicato y la empresa de servicios jurídicos gestionan unas 7.000 reclamaciones de ganaderos. Consideran que con esta alianza “se podrán reforzar las periciales de determinación del daño, y mejorar su identificación y cuantificación”.
En una rueda de prensa aclararon que en cuanto a la vía administrativa “no compartirán ninguna información ni estrategia, cada firma representará a su cartera de afectados de forma independiente y como consideren más conveniente, 2.000 en el caso de ESKARIAM y 5.000 en el caso de UNIÓNS AGRARIAS, y defenderá la legalidad de la resolución de la Comisión Nacional de los Mercados y la CompetenciaCNMC)”.
Según la información disponible, se estima que el total reclamado por los clientes de ESKARIAM y UNIÓNS AGRARIAS a la industria superará los 1.500 millones de euros, lo que será una de las mayores reclamaciones del mercado nacional.
Sendas organizaciones recuerdan que, “de conformidad con la resolución de la CNMC, el resultado de la actuación del Cártel de la Leche desde el año 2000 al 2013, fue la ruina económica de la mayor parte de las explotaciones ganaderas de España, pasando de 56.379 en el año 2000 a menosde 20.000 en 2014”
“Estamos orgullosos de poder colaborar con UNIÓNS AGRARIAS en la defensa de los afectados por el cártel lácteo y de representar ‘la fuerza del colectivo’. Esto, sin duda, repercutirá en una mejor defensa para los más de 7.000 perjudicados por estas prácticas abusivas y nos permite abordar la reclamación con más fuerza que nunca” apuntó el CEO de Eskariam.
Por su parte, Roberto García dijo:” Tenemos una sensación agridulce ante el escenario judicial que se avecina ya que por un lado supone un triunfo para la base de productores de este país, que la Justicia actúe contra las prácticas impresentables e irresponsables de la gran mayoría de las industrias lácteas.Pero esta situación también deja en evidencia la negligente falta de control y exigencia, – cuando no compadreo- que las administraciones mostraron hacia las prácticas monopolísticas y mafiosas con las que las empresas de recogida y transformación de leche se condujeron a lo largo de muchos años”.