THE HALO EFFECT – DAYS OF THE LOST (NUCLEAR BLAST) 2022
Tengo la piel de gallina, el vello de punta y los ojos inundados de lágrimas…
Me considero un fan incondicional, prácticamente un ultra, del conocido como sonido Göteborg surgido en la segunda mitad de los 90′ en Suecia, el flamante Death Metal Melódico de origen, enterrado, por desgracia y salvo excepciones, en los últimos años.
Pues bien, es fácil entender como me siento cuando analizo y destripo un trabajo como este Days of the Lost. La mente se evade y tanto mis dos mitades, tanto racional como empírica, se trasladan 25 años atrás, con todo lo que ello supone. Se activan un montón de resortes en mi interior y mi cuerpo y me mente vuelven a experimentar sensaciones que parecían olvidadas. Magia, probablemente se llame magia.
Sobran las presentaciones, The Halo Effect es el proyecto desarrollado e ideado por Jesper Strömblad, Peter Iwers y Daniel Svensson, tres ex-In Flames, artífices del mejor sonido de la banda, piezas fundamentales en álbumes como Colony o Clayman, completando, además, su line-up, con otros dos pesos pesados de la escena, Niclas Engelin, curiosamente sustituto de Strömblad en In Flames, y su majestad Mikael Stanne (Dark Tranquillity) a las voces.
Con todos estos ingredientes y, sobre todo, con las ganas de mirar al pasado de estos músicos, era imposible que el resultado no estuviera a la altura de las circunstancias. Como decía anteriormente, salvando a los citados Dark Tranquillity, Strömblad, Iwers, Svensson, Engelin y Stanne han grabado el mejor disco del estilo en los últimos 20 años, ahí es nada.
Days of the Lost es pura adrenalina, es una ventana mágica a mi juventud. Es difícil tratar de plasmarlo en palabras, hay que vivirlo, hay que sentirlo, todo aquel que haya disfrutado aquellos años, me entenderá. De nada vale tratar de contar algo que no has sentido en tus propias carnes.
El mejor Death Metal melódico de raíces Göteborg está de regreso. Days of the Lost es un álbum sencillamente perfecto, idóneo en su duración, poco más de 40 minutos, con un sonido robusto a la vez que cristalino, con mezcla y masterización de Jens Bogren, construido íntegramente desde la perspectiva del Death Metal Melódico más clásico.
Las guitarras respiran melodía y pasajes melódicos especialmente golosos y copiosos, como si no hubiesen pasado los años, mientras que la voz vuelve a enamorar, sencillamente perfecta, sin objeciones. Quien no se emocione con temazos como «Days Of The Lost», «Last Of Our Kind», «Conditional», «Shadowminds» o «The Needless End», es que no tiene sangre en las venas.
No quiero extenderme más, perfección absoluta hecha música. Qué sencillo parece hacer las cosas bien, pero qué complejo es. ¿El mejor disco del año? Pues si no lo es, no estará lejos.