Para cualquier aficionado el rock o al heavy metal (como es el caso del que escribe) un libro contando la historia de una banda que lleva treinta años en la carretera ya es, de entrada, un plato muy atractivo.
Leer “Lujuria.XXX años comiendo mierda y cagando flores”(Desacorde Ediciones) ha sido una experiencia estupenda. El autor nos conduce, con agilidad y simpatía, por décadas de trabajo de un grupo español.
Agilidad en su pluma para que la lectura sea llevadera. Simpatía a raudales y anécdotas llenas de retranca y descojone.
Hay otros factores que llevan a aconsejar , con toda sinceridad, este libro. Óscar Sancho Rubio es un entusiasta del heavy -metal y aporta sus reflexiones en clave genérica. Como “caballero del metal” ofrece sus puntos de vista, que pueden servir como consejos e incluso invitar al sano debate. (Anoto alguna cuestión para una futura tertulia radiofónica de Lobos de Metal).
El libro es una fuente. O un manantial. En donde los que participamos en este “rollo”, podemos podemos vernos reflejados. Y los que no, pues conocer una imagen muy certera de lo que se lleva cociendo en este tema.
Óscar Lujuria nos ofrece un plus. No ha sacudido el polvo. (También hay una anécdota con el pulpo gallego). Quiero decir, que cuenta historias que quizás otros obviarían en un volumen de estas características.
No es un libro de victorias de Lujuria. No estamos ante las “batallas del abuelito”. Esto es rock and roll y tiene que llevar consigo movimientos sísmicos, cagadas, vodka con naranja, decepciones y filibusteros. Y éxitos, por supuesto.
Hay episodios tristes, homenajes pendientes, crítica, y escenas de gente valiente y apasionada. Al acabar la lectura, uno se siente orgulloso de ser uno de los “Chicos del Rock”, que genialmente se describen en la canción de Barón Rojo. Almas con “corazón de heavy metal”.
Y sí, también se habla de una banda que excusa presentación. Y a cuya trayectoria nos podemos acercar en esta cuidada edición (con diversas fotos) de Desacorde Ediciones.
Prepárate para conocer a la banda que asistió al nacimiento y al funeral de un local en el mismo día, con una taza de váter rodante. Que sabe lo que es tocar en grandes festivales pero también sufrir los azotes de la industria mal orientada.
Con ustedes, los putos LUJURIA
