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martes, marzo 26, 2024

Dream Theater «A view from the top of the world» (Reseña)

– Reseña de La Vara de Moisés

Cada nuevo lanzamiento de sus majestades Dream Theater se acaba convirtiendo en una auténtica ceremonia para todos aquellos que amamos esta forma de vida.

Dream Theater es probablemente la banda más talentosa sobre la faz de la Tierra, unos auténticos colosos de nuestro tiempo, por lo que juzgar cualquiera de sus trabajos se acaba definiendo como una verdadera osadía para cualquier aspirante a crítico musical.

A View From the Top of the World es, para mí, su mejor trabajo desde aquel lejano A Dramatic Turn of Events, editado en el año 2011, primer álbum con Mike Mangini a la batería. Es cierto que entre medias nos han ido dejando muy buenos momentos, pero no es menos verdad que no acabaron de mostrarnos su lado más brillante, cayendo probablemente en algunos casos en la autocomplacencia y en otros simplemente en el exceso de confianza. A View From the Top of the World supone además el primer trabajo de la banda grabado en sus propios estudios en Long Island, con la producción de John Petrucci y con la masterización y la mezcla del gran Andy Sneap, todo ello con un resultado fantástico, uno de sus mejores trabajos en este sentido.

A View From the Top of the World es una vuelta clara a las raíces, un disco menos arriesgado en cuanto a cadencias y sonoridades que sus álbumes previos, pero un trabajo, a fin de cuentas, mucho más seguro e identitario, un disco que los vuelve a conectar de lleno con toda su legión de fans más tradicionales.

Estamos ante 70 minutos de puro Metal Progresivo totalmente enganchado y vinculado con su sonido más clásico, 70 minutos donde la banda vuelve a sonar súper inspirada, tanto en composición como, claro está, en la instrumentación. Petrucci extraterrestre una vez más en todas las guitarras, un ser de otro Planeta, Myung codicioso, como siempre, en el bajo, Rudess fundamental y ahora al nivel de efectividad que se le presupone, y Mangini técnico, con mucha presencia y probablemente grabando su mejor trabajo con la banda. Por su parte, LaBrie suena más comedido, más elegante y menos exigido. Simplemente con su timbre de voz y con su manera de modular todas las melodías ya lo tiene hecho, ya no hacen falta demostraciones absurdas que siempre se acaban volviendo en su contra.

En cuanto a las canciones, los norteamericanos recuperan su mejor versión, grabando, sin duda, parte de los mejores temas que se le recuerdan en los últimos 15 años. El inicio con «The Alien» es fantástico, un tema que bien podría haber entrado en un disco como Systematic Chaos, de hecho toda su cadena de riffs me recuerda a temas como «Constant Motion» o «Dark Eternal Night», en definitiva, un tema sobresaliente, súper exigente y con unas dinámicas alucinantes.

«Answering The Call» es mi favorito, pura dinamita, uno de los mejores temas de su carrera, que se dice pronto, un corte rodeado de magia por todos lados, conectado al máximo con toda su época clásica, con cadencias muy pesadas, guitarras muy acertadas, unos teclados sobresalientes, y unas líneas melódicas de lo mejor que se les recuerda en muchos años, una verdadera maravilla. «Invisible Monster» vuelve a tener reminiscencias de su sonido más identitario, con esas guitarras tan personales y con esas cadencias que en seguida nos teletransportan a discos como Images and Words o Awake, con unos teclados que parecen salidos de la cabeza del mismísimo Kevin Moore, todo ello desembocando en otro de los mejores estribillos del plástico.

«Sleeping Giant» tiene una extraña conexión magnética con el sonido oscuro y angustiante de los Fates Warning de la etapa 1995-2000, un corte rocoso y denso, con un obstinato central apoteósico y un movimiento rítmico que es pura gloria, sin olvidarnos de un estribillo que parece sacado del sobrenatural Metropolis Pt. 2: Scenes From a Memory, sin duda otro de los mejores temas del álbum.

«Transcending Time» se da la mano con la parte más sinfónica del combo americano, con ciertos aires a un álbum como Octavarium, con los teclados en primera línea de fuego, muy almidonados, y con un desarrollo más accesible, conectado de forma muy directa con toda la escuela del Rock Progresivo más clásico. «Awaken The Master» es pura fuerza, pesado y muy oscuro, de los temas más tenebrosos de toda su carrera, en claro contraste con el tema anterior, en este caso cercano a los 10 minutos de duración, con una intro instrumental de casi 3 minutos que es un claro equilibrio entre innovación y clasicismo. Y para cerrar el tema título, un corte que no podía ser más elocuente, una mirada a la realidad desde la cima del mundo, una obra ambiciosa de más de 20 minutos dividida en tres partes y que desde ya se convierte en uno de los temas largos más acertados de toda su carrera.

Primer acto con unas guitarras rocosas y afiladas respaldas con un unos arreglos orquestales que vuelven a encajar como anillo al dedo y que acaba derivando en una estructura solista que es una verdadera maravilla, justo antes de dar paso a un segundo acto central más comedido, con las guitarras limpias, los teclados imprescindibles y un cello actuando como escudero de toda la melodía, todo ello como antesala del tercer acto y parte final, iniciado con unos redobles de caja y doble bombo que nos presentan uno de los ejercicios rítmicos más acertados de todo el plástico, con toda la banda pisando a fondo el acelerador, dando una auténtica lección de técnica e inspiración.

Acabando ya, regreso por la puerta grande de la banda más grande sobre el Planeta Tierra, recuperando su mejor versión, grabando su mejor disco en los últimos 10 años, otra lección magistral de cómo facturar el mejor Metal Progresivo de la Galaxia.

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