La Vara de Moisés
A día de hoy, los suecos Bloodbound son una de las bandas más solventes y más en forma de la escena actual del Power Metal. Su última etapa musical es intachable, con una calidad elevadísima, grabando auténticos pelotazos artísticos que bien seguro se acabarán convirtiendo en verdaderos clásicos del estilo.
Creatures of the Dark Realm sigue la estela de sus dos trabajos anteriores, una nueva joya del Power Metal melódico actual, un disco nuevamente espectacular desde el punto de vista de su sonido, con producción de la propia banda, exprimiendo al máximo todo su potencial. Además, la formación escandinava vuelve a ser capaz de aglutinar en un sólo álbum todas sus influencias artísticas, sabiendo lo que el público quiere de ellos, una jugada maestra que les ha hecho cuajar un sonido propio y efervescente que se retroalimenta de los grandes grupos del estilo, véanse Powerwolf, Gloryhammer, Avantasia, Battle Beast, todos ellos santo y señal del Heavy Metal actual, o, ya más clásicos, dos insignias de toda una generación como Heavenly o Dionysus.
Otra decisión fundamental que los ha llevado hasta donde hoy están fue sin duda el fichaje allá por el año 2011 de su actual vocalista, el genial Patrick J. Selleby, sin duda uno de los grandes cantantes de la escena, un tipo con un carisma en la garganta como pocas veces se había visto, con un timbre pegajoso y con una naturalidad pasmosa en todas sus modulaciones.
Creatures of the Dark Realm vuelve a ser una auténtica delicia, otra joya de orfebrería diseñada para hacer disfrutar a todos los amantes de ese Power Metal pomposo, azucarado y repleto de épica. La dupla Fredrik Bergh/Tomas Olsson a los teclados y a las guitarras respectivamente lleva todo el peso compositivamente hablando, desarrollando otro puñado de temas hiper adictivos, pringosos en todas sus líneas vocales y con un dinamismo que hace hervir la sangre. No vale la pena mencionar nombres, todo el disco es un caramelo, del primer al último tema, puro Power Metal melódico, esponjoso, algodonado, mullido en cuanto a coros, teclados y orquestaciones, todo ello con un control de la melodía que aturde.
Otra maravilla más en la carrera de los suecos. Sigo sin entender el criticar por criticar de muchos. Entiendo que no te guste el estilo, pero lo que no me cabe en la cabeza es que presumas que te gusta el género y luego te las des de entendido para echar porquería sobre una banda y un álbum imprescindibles.
Para mí es un disco perfecto, lo tiene todo. Gran sonido, excelente producción, arreglos detallistas, líneas melódicas hiper pegadizas, canciones ágiles y dinámicas, buenos instrumentistas y, sobre todo, un cantante que es una auténtica fiera, un tipo llamado a liderar el género junto al griego Yannis Papadopoulos.
