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jueves, marzo 28, 2024

Sobre «Aphelion» el nuevo disco de Leprous

LEPROUS «APHELION» (INSIDEOUT RECORDS) – Crítica de La Vara de Moisés

Nuevo trabajo de los noruegos Leprous, toda una referencia dentro de la escena actual, colosos del nuevo Rock/Metal Progresivo, orientados en los últimos años hacia un ArtRock experimental, ecléctico y sobre todo muy elegante.

Un nuevo paso adelante en pos del liderazgo de la facción más arriesgada y contemporánea del nuevo ProgMetal internacional, un disco una vez más completísimo, sofisticado y exquisito en todas sus rúbricas.

El inicio con «Running Low» es perfecto, un corte explosivo, dinámico e hiper denso en sus armonías vocales, tan suntuoso que casi se puede tocar con los dedos.

«Out Of Here» nos conecta con los Leprous más sinfónicos, con un sonido claramente heredero de los clásicos del Rock Progresivo de los 70', un corte que se sustenta sobre unas bases electrónicas tan efectivas como peligrosas, con un estallido de emociones en su tramo final, todo ello con un Einar Solberg superlativo, extraterrestre, y como prueba todas las modulaciones, giros y falsete de los que hace gala en el estribillo. La piel de gallina.

Más riesgo todavía el que asumen con «Silhouette», una pieza que bordea los límites de la cordura, fusionando el Rock Progresivo con una psicodelia propia de otros géneros, con la electrónica fusionándose de forma sorprendente con las orquestaciones y los teclados de Einar. Un brindis al sol para sacar de sus casillas a los inquisidores del Rock.

«All The Moments» insiste en su versión más desencasillada, una oda a la variación armónica y a la riqueza de texturas y colores en forma de continuo guiño a la música fusión con raíces en la música popular, un tobogán de sensaciones, melodías y arreglos que emocionan.

La banda sigue insistiendo en esas texturas complejas y en los mismos entramados rítmicos con «Have You Ever?», una especie de paseo difuso entre tendencias que oscilan entre el ProgRock, el Funk y el Soul. Todos los arreglos del tema son una auténtica virguería. Sintetizadores, orquestaciones, pianos, coros, armonías vocales, una batería extratécnica y, cómo no, con Einar Solberg demostrando que no es de este mundo. Uno de mis favoritos.

«The Silent Revelation» es otra de las joyas, otra de las piezas donde la banda trata de abrazar su versión más clásica, enrocándose de nuevo en un mundo de ensoñación estrechamente vinculado con el ProgRock más versátil, técnico y elegante. Todas las melodías vuelven a ser para enmarcar, mientras que todos los dibujos rítmicos vuelven a sacar los colores a cualquiera de sus críticos.

«The Shadow Side» es otra delicia musical, pomposa al extremo y con un regusto sinfónico que enamora. Violines, cellos, teclados, corales apoteósicas… y Einar omnipresente dibujando un conjunto de melodías de auténtico lujo, por supuesto con la solvencia extraterrestre habitual. El tema se despide con un solo de guitarra repleto de buen gusto que nos conecta con épocas que parecen haber sido olvidadas, una especie de oasis en el desierto de la locura musical de los noruegos

Con «On Hold» la banda nos regala la pieza más larga en cuanto a minutaje del álbum, siete minutos y medio iluminando una especie de interconexión con todo lo escuchado hasta ahora, el paradigma del ArtRock y del Avant-Garde Metal que llevan construyendo desde hace años, un ejercicio de sofisticación musical que vuelve a demostrar el enorme talento de un verdadero iluminado.

«Castaway Angels» fue el primer single que adelantaron hace ya 9 meses, en pleno confinamiento, la puerta de entrada a este Aphelion, la mejor manera de poner los dientes largos a toda su legión de seguidores. Musicalmente hablando estamos ante una canción que asienta sus bases en el Rock Progresivo clásico, con raíces en el Rock Sinfónico e incluso en el Folk, con un inicio acústico que recuerda a los dorados Kansas. La banda vuelve a jugar con un montón de texturas, con la batería muy sutil, el bajo percutivo, el piano hiper presente y la voz de Solberg enamorando. Las guitarras no paran de dibujar sonrisas llenas de luz, mientras que las melodías juegan con el concepto del deja vu, con ese «never look back again» que nos teletransporta a la primera parte del álbum.

Y llegamos al cierre con «Nighttime Disguise», otro de los más largos y probablemente el más denso de todo el plástico, un corte mucho más grueso y virulento que el resto, con el bajo potentísimo, la batería muy presente y las guitarras agonizando por buscar su sitio en la mezcla, con sitio incluso para algunos growls vocales que enriquecen sobre manera el resultado final. La voz y las estructuras se erizan y culebrean a través de una senda sinuosa de armonías y melodías.

El universo Leprous sigue ampliándose, más allá de fronteras musicales, más allá de límites artísticos. Solberg y los suyos no tienen techo. Cuando el arte se manifiesta de una manera tan determinante sería un delito construir muros de contención absurdos.

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