El Claudillo:»Trampa podría ser la novela de Balarés».
El Claudillo se mueve por twitter como pez en el agua con más de 24.000 seguidores que siguen sus cañonazos de humor y retranca. No me extraña que las carcajadas que emanan de su cuenta asusten un poco al pajarito azul. Ahora se ha lanzado al mundo editorial con “Trampa”, una novela ambientada en la Costa da Morte.Lo hemos entrevistado.
Xosé Manuel Lema
P–¿Quién es El Claudillo?
R-¡Cáspita con la ESO! Mal empezamos.
P-Después de cinco años moviéndote en redes sociales decides publicar un libro. ¿Por alguna razón en concreto?
R-Pura mindfullness, el árbol, el hijo, el libro, ya sabe… en realidad empecé a usar Twitter hace dos años y medio. El libro lo había escrito antes, hasta llegué a firmar un contrato con una agencia literaria de las gordas que lo pusieron en la mesa de tres editores también gordos, pero lo cierto es que salvo casos contados nadie arriesga con un autor desconocido. Publicar es asumir un riego de tiempo y dinero y si no eres nadie, tarde o temprano te encuentras con la primera ley del mundo editorial: la gente tiene la sana costumbre de no comprar libros que no ha escrito nadie. O escribes La Chica del Tren o hay que ser alguien.
P-¿Y ahora lo es?
R-Bueno, he subido el primer peldaño, por lo menos no soy nadie. Tengo mis groupies, no se crea, una cierta visibilidad. Además, siempre nos quedará Amazon.
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P-TRAMPA es historia ambientada en la Costa da Morte, ¿el lugar ideal para este argumento?
R-La historia del wolframio gallego en la Segunda Guerra Mundial es una historia poco conocida pero apasionante; era un material indispensable para la industria bélica, tanto que el embajador americano en Madrid, Carlton Hayes, llegó a decir que Alemania dependía por completo del wolframio de Galicia y Portugal. No es ninguna broma. De todos modos el tema del “Oro de Franco”, como le llamaban, es una excusa para acercarse a la figura de Picasso durante la ocupación de París y de ahí, al arte abstracto actual, que es donde se desarrolla casi toda la novela.
P-Parece que “Trampa” está cosechando buenas críticas. Supongo que estarás contento…
R-Antes de criticar al Caudillo imagino que la gente se lo pensará dos veces, no en vano lo apodaban “la mano que todo lo alcanza”…
P-Dinos en unas frases que es lo que podemos encontrarnos en este libro…
R-El protagonista, Leo Pemán, es un farero loco de la Costa de la Muerte al que la vida no ha tratado muy bien y que por esas cosas del sino, se ve envuelto en el sofisticado mundo de los marchantes de arte abstracto, Pollock, Hirst, Jeff Koons, unos tipos cuyos cuadros no salen por menos de cien millones de euros. Un farero loco y unos vendedores de aire es una mezcla demasiado explosiva como para que no explote.
P-Por cierto, una de las personas que te antecede en esta sección de entrevistas es Pío Moa. ¿Qué casualidad verdad?
R-¡Madre del Amor Hermoso! ¿Qué me está diciendo?
P¿Lo suyo es retranca o simplemente humor?
R-Ya de mayorcito mi padre me decía ¿filliño, cuándo te va a entrar la seriedad.
P-No sé qué le parece pero a mí me recuerda al humor de Miguel Cancio…
R-¡Tiene gracia! Cancio fue profesor mío en la facultad. Él y Pedro Arias, tengo un recuerdo gratísimo de los dos. Más que profesores eran maestros, algo así como dos Sócrates de andar por casa; adoptaban a pequeños grupos de alumnos que tenían inquietudes, no sé de qué pero inquietudes, y nos ponían a prueba. Te hacían pensar, te hacían dudar, llevaban tu cabecita al límite de sus posibilidades. A su lado el resto de los profesores eran grises eminencias, ellos sin embargo eran sencillamente deslumbrantes. Y no soy el único que piensa así.
P-¿Por qué una persona con tanta chispa y talento usa pseudónimo?
R-Chispa, talento y ¡españolidad!, no nos olvidemos de la españolidad.
P-Más de 24.000 seguidores en twitter no está nada mal eh!!…
R-En Twitter el tamaño importa, no le diré que no, pero tampoco hay que perderse. Importa más el eco que el tamaño. Aunque ahora que lo dice, cuando llegue a los 50.000 pienso convocar un desfile nocturno con antorchas por la Gran Vía. ¿Se imagina?
P-¿Hay una Guerra Civil no declarada en Twitter?
R-Con balas de gominola pero sí, una guerra de mentirijillas pero guerra a fin de cuentas. Con tanta vorágine primero se dispara y luego se pregunta. Es cruel pero es lo que hay. La gente se lo toma todo muy a pecho y creo que eso es un error. Dicen los que saben que para que haya humor tiene que haber un punto de ternura, no machacar ni insultar gratuitamente. Debería de haber una especie de Convención de Ginebra para Twitter.
P-¿Y quién va ganando esa guerra?
R-¡Los rojos! Por goleada.
P-¿Llegaste a pescar con Leo Pemán en Ponteceso?
R-A pescar truchas con dinamita no, pero sí a pasear por las minas de wolframio abandonadas y por el puerto de Balarés. Aún se puede ver el túnel de lavado de mineral que se utilizó durante la guerra. Es alucinante. ¿Sabe qué? Ahora que lo pienso, si “La Hoguera de las Vanidades” de Tom Wolfe es “la novela de Nueva York”, TRAMPA podría ser la novela de Balarés… son siete casas pero por algo se empieza, ¿no?
P-¿Son los jardines de Meirás ideales para la inspiración literaria?
R-Calle que cualquier día los Merendiñas me saltan la tapia y se arma un Belén.
P-¿No le parece que debería abrirse al público?
R-¿Quééé? Estoy totalmente en contra de los desahucios. Todo español tiene derecho a una vivienda digna, y si fue jefe de Estado, ¡más!
P-¿Qué tal te llevas con el alcalde de Oleiros? ¿Es buen vecino?
R-Gelo es como el de la película, “esos cuyo nombre no podemos pronuciar”… que alguien en pleno siglo XXI le haga rotondas al Che, a Fidel y a la Pasionaria es para hacérselo mirar. Es lo que Wittgenstein llamaría una anacrónica soplapollez.
P-Claudillo, gracias por tu humor y paciencia y mucha suerte…
R-Por cierto, su cosa se llama AdianteGalicia, ¿no han pensado poner AdelanteGalicia? Suena más musical, ¿no? Bueno, le dejo inquietud.
P-Casi mejor como está.
R-Entonces de ArribaEspaña ya ni hablamos, ¿no?
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