– Rafael Lema-
Llevo unos días chateando con mis amigas ucranianas, traductoras de español. Siguen en Kiev y no piensan abandonar la ciudad en donde nacieron, viven y trabajan. Son de origen ruso. Están convencidas de que el invasor ruso no pasará. Putin es un tirano, pero ¿cuál es su ideología? ¿Es un zar, Hitler o Stalin? Un apaño ridículo y matón de todos. Sobre la rebelión de las masas, los totalitarismos, los rebaños y los dueños del cayado escribió nuestro lúcido Ortega y Gasset. En tiempos de guerra que parecían superados.
Jano García indaga en la nueva moral, las masas de acoso, el feminismo, el racismo impostado, los anuncios apocalípticos estalingados en el cambio climático, la supuesta igualdad, la democracia totalitaria, los partidos populistas y sus supuestos mensajes subversivos de revoluciones de video juego, los ojos del gran hermano abusador de los nuevos medios de control, la alogocracia, en su nuevo libro «El rebaño», del que La Esfera de los Libros acaba de poner en marcha la 6ª edición, para presentar el próximo martes, 8 de marzo.
Detengámonos en una de las palabras usadas al principio del comentario, alogocracia. Para el autor es una combinación letal que arrasa la razón y consigue hundir en el fango el debate intelectual para dar paso a la pantomima sentimentaloide que conquista, a través de los corazones, las mentes de los pueblos occidentales. Leemos en la página 38.
La alogocracia se sitúa fuera de la realidad, crea avatares de los problemas económicos y sociales, que se pueden solucionar firmando decretos buenistas, repitiendo consignas vacías, arrastrando al librepensador fuera de la majada, como ovejas negras que prefieren otros pastos más limpios, y menos pienso. Pero sin la sombra de las encinas del patrón.
Los debates cotidianos superficiales, la rapidez de los acontecimientos y el control del poder sobre los medios complican la visión con perspectiva de la realidad. Y los elementos comunes que no podemos dejar de usar, como los dispositivos móviles, la red, nos llenan de debates pueriles, vanos, constituyen un marco mental del que es difícil salir. Este y otros problemas aparecen en la voz crítica de un autor muy seguido en las redes sociales, de las que es un gran crítico, a las que acusa de aletargadas de la mente para convertir a los ciudadanos en los borregos obedientes y sumisos que todo gobernante desea.
«El rebaño» viene muy a propósito para reflexionar sobre la tiranía ideológica que riega los surcos de Occidente en un intento por crear rebaños serviles condenados al pensamiento único. Y condenar no sólo ciertas propuestas ideológicas sino sobre todo los hechos consumados como las agresiones territoriales, ahora que al encender la tv y abrir las redes vemos la violencia de la guerra donde uno es el agresor y otro es el agredido y repudiamos los mensajes impúdicos de cierta izquierda ante la invasión de Ucrania, consignas de mentes que tendrían fácil acomodo en las juventudes hitlerianas.
El Prólogo de otro heterodoxo, Antonio Escohotado, definía así la obra:
«Vivimos en una época en la que los sentimientos prevalecen sobre la razón. El poder de las instituciones públicas, combinado con las masas de acoso, las redes sociales y los medios de comunicación, conquista las mentes de los pueblos occidentales. El resultado es una sociedad dócil guiada por la desinformación y los dogmas impuestos, apenas cuestionados, como la igualdad, el cambio climático, el racismo, el intervencionismo estatal o el feminismo radical, siempre vigilados por el «Ojo que todo lo ve». Jano García construye en este libro uno de los relatos más reveladores y novedosos de los últimos tiempos sobre la tiranía ideológica que subyuga a Occidente y que transforma sus sociedades en rebaños serviles condenados al pensamiento único».