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viernes, marzo 22, 2024

El Peregrino de Valdivielso, una joya del teatro religioso del Siglo de Oro. Uno de los originales se conserva en Ponte do Porto

— Rafael Lema- EN PONTE DO PORTO CONSERVAN UNO DE LOS TRES ORIGINALES

En este Año Santo se recobra el pulso del Camino de Santiago y nacen nuevas rutas por las que lograr la compostela, como el camino a Muxía por Brandomil, la Vía Céltica (a Cereixo y Bergantiños), la ruta de la ría de Muros-Noia. También se recuperan obras literarias centenarias que hablan de las peregrinaciones. Una de ellas es un auto sacramental del Siglo de Oro dentro de la primera edición de un libro del cual disponemos en la Costa da Morte de uno de los tres originales conservados en fondos editoriales. Se trata de «El peregrino» de José de Valdivielso. En diciembre pasado la obra volvió a subir a los escenarios en el Teatro María Auxiliadora-Salesianos Trinidad de Sevilla de la mano de la compañía La Troupe. En varios artículos trataremos sobre ella.

José de Valdivielso publicó en 1622 «Doze autos sacramentales y dos comedias divinas»; en Toledo, imprenta de Juan Ruiz, a costa de Martín Vázquez de la Cruz, mercader de libros; dedicada al cardenal infante don Fernando. Antes de llegar a mi biblioteca familiar (por una antepasada doña Juana Pazos tratante de encajes), sabemos que en el siglo XIX perteneció a un clérigo de Santiago de Ameixenda (Cee) aficionado a la representación teatral religiosa. Es por tanto una joya literaria de la Costa da Morte.

En esta colección figuran algunas de las obras maestras del género; entre ellas Psiquis y Cupido, El hijo pródigo, y, sobre todo, El hospital de los locos, que los críticos destacan como un prodigio de ritmo, precisión alegórica, potencia expresiva y riqueza conceptual. A ellas añado yo El peregrino, por su proximidad al fenómeno del camino, de las peregrinaciones; y otras dos en donde aparecen términos navales sobre el tema clásico de la «nave de la iglesia»: Los cautivos libres y La amistad en peligro.

De la obra publicada en Toledo en 1622 poseo un ejemplar en mi biblioteca privada de Ponte do Porto (A Coruña). Conozco otros dos del Fondo Antiguo de Universidades y Colecciones Singulares. El de la Universitat de València y el de la Universidad Complutense de Madrid.

En 1624 sale una edición en Braga «Em casa de Fructuoso Lourenço de Basto, por seu irmão Francisco Fernandez de Basto». La university of Toronto-Canadá cuenta con un ejemplar.

Aunque se asocia el auto sacramental a Calderón de la Barca, el clérigo toledano José de Valdivielso (1565-1638), fija el esquema que luego seguirá don Pedro. Tanto Lope como Calderón se inspiran en alguno de sus autos. En los de Valdivielso se conserva todavía un tono popular y primitivo, divertido muchas veces, y prima por encima de todo el mensaje teológico de redención, la salvación del ser humano, complejo y amigo de los vicios pero arrepentido. El sacerdote fue compañero de Cervantes y de Lope de Vega, a quien cuidó en su lecho de muerte. Y para algunos, fue uno de sus «negros», amañadores de textos para la escenificación.

En el tomo de 1622 aparecen los autos: El Fénix de amor, El hijo pródigo, El hombre encantado, El hospital de los locos, El nacimiento de la Mejor (comedia), El peregrino, El villano en su rincón, El Ángel de la Guarda (comedia), La amistad en el peligro, La serrana de Plasencia, Las ferias del alma, Los cautivos libres, Psiques y Cupido, Árbol de la vida.

Es Valdivielso uno de los autores más interesantes en el género del auto sacramental. Pertenecía a una familia de cordoneros y era el sexto de diez hermanos, de los que pocos sobreviven. Fue maestro de la Universidad de Toledo desde 1585; recibe órdenes menores y se ordena de misa en 1592. Desde 1593 desarrollará su carrera literaria de éxito que le animaría a la composición de sus poemas religiosos, sus autos sacramentales y sus comedias divinas.

Fue nombrado capellán del Cardenal Bernardo Sandoval y Rojas, residiendo en Madrid entre 1608 y 1612. Es una época febril en donde trata a Lope y Cervantes. Muere en 1638. También sabemos de la relación de Valdivielso y Calderón. Valdivielso es el poeta de la Redención mediante el arrepentimiento sincero del pecador. Según Enrique Duarte «El drama eucarístico de Valdivielso llega a la cumbre de la perfección, Calderón sólo puede elevar más el género cambiándole, hasta cierto punto, la esencia».

El peregrino cuenta la historia de un romero que guiado por altos ideales, emprende el camino de la vida, separándose de la madre Tierra, de donde parte. Quiere alcanzar una patria que merezca la pena, pero la ruta está llena de peligros. Como guía tiene a la Verdad, un personaje cómico pero lenguaraz, como un spin doctor que le dice lo que no le apetece oír. Le presenta el verdadero camino como una ruta angosta y la del pecado como un cómodo vial. El Peregrino, deslumbrado por el Deleite, el Honor o la Mentira, acaba siendo asaltado y malherido.

Entonces, ya solo le queda la esperanza de que pase un Samaritano que tenga piedad de él y lo salve. Y ahí está ese Cristo caminante siempre dispuesto a recuperar a los caídos, sus hijos. Pese a que se trata de un romero que emprende el viaje a Roma y Tierra Santa, lo hace desde la Ruta de la Plata jacobea, con la alusión geográfica a Plasencia, una hispana Babilonia sufragánea de Compostela, tierra de la serrana bandolera que asalta y somete sexualmente a sus cautivos.

Y es un texto alegórico para guía de todos los caminantes de los grandes santuarios, muy mayoritariamente jacobeos en los Siglos de Oro. Seguiremos analizando esta obra a la luz del códice original de Ponte do Porto.

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