13.6 C
Santa Comba
miércoles, marzo 29, 2023

Alejandro Finisterre. La última carta de amor de Frida Kahlo

– Rafael Lema Mouzo-

El último gran amor de Frida Kahlo fue el gallego Alejandro Finisterre, como venimos acreditando desde hace meses, a la luz de dos cajas de diarios, cartas, fotos, dibujos, pinturas que la más famosa pintora hispanoamericana del pasado siglo envió como legado testamentario a su amante nacido en Fisterra- A Coruña.

Son más de 200 documentos originales que además de corroborar el alcance de esta gran pasión española aportan muchas novedades sobre la última década de la artista y un buen número de obras nuevas, desconocidas, para sumar a su gran bagage. Si en la primavera de 1954 ella mandó a Alejandro todo este legado, oculto de los ojos de Diego y de todos, escondido desde hace casi 70 años, en junio le envía la última carta de amor, junto a un espléndido retrato en donde Diego con un tercer ojo en la frente piensa en una joven y bella Frida. Es un cuadro inédito, desconocido, de gran calidad artística, y fechado en 1952. Ahora se inicia el verano de 1954, el último año de su vida, meses de sufrimiento con oasis de lucidez y ansia por recuperarse.

El 27 de abril ella intenta superar una crisis, con intento de suicidio. Se cartea con Alejandro, que vive en Guatemala y la visita menos. Pero aprovecha su estancia en el país y le manda las cajas de objetos que llegaron a nuestras manos; los dos planean verse y unirse para siempre, si la salud respeta a Frida. Se levanta, trabaja en el estudio, le regala cuadros a Alejandro. Diego se aleja de ella, piensa en llevarla a un asilo. Pero no la dejan su hermana Cristina, su enfermera y amante Judith Ferreto.

El mozo Chucho (veinte años con ella) la idolatra, es su compañero de largos tragos íntimos de mezcal y tequila; la lava y viste, le arregla el pelo, la lleva en brazos a la cama. El 7 de mayo se clava una aguja en una nalga y debe convalecer en el hospital, pero en junio de nuevo recobra fuerza. Hasta finales de mes parece mejorar de salud, recibe visitas, traza planes de viaje. Es por este tiempo cuando le escribe la última carta conocida al gran amor final, Alejandro Finisterre, que ahora mostramos. El 2 de julio participa en una manifestación comunista contra el golpe de estado en Guatemala, en la que pudo estar presente Alejandro, muy implicado en la política nacional y con la República Española en el exilio. Ese acto le causa un gran daño físico a Frida, sufre una recaída fatal que la postra ya definitivamente en la cama. Aparece muerta en su casa el 13 de julio de 1954.

En esta carta que hoy traemos a esta sección, Frida se retrata en trazos claros de carmesí, colocando medio rostro, completando de arriba abajo casi toda la trama izquierda de la lámina; rellenado el resto de la hoja con una escritura limpia, regular, de sentidas palabras. Nos mira de frente, con rostro serio de reproche; pelo recogido y planchado, medio torso, estampado a modo de venas o raíces enredadas, recordando un autorretrato de 1946.

La misiva muestra una de esas jornadas brillantes de Frida, consciente de sus males, de una lucha que ya piensa no ganar. Se resiente por la falta de su amante, no está cerca de ella como le prometió, y el tiempo se le escapa como el agua entre los dedos. Le escribe a «Alejandro Finisterre. Presente», que anda con los preparativos de su instalación en México y se halla en pleno centro del huracán, durante el golpe militar en Guatemala, donde tiene sus empresas. La enamorada no entiende otro lenguaje que la cercanía física, se ve desamparada, no encuentra disculpa ni puede permitirse la espera. Ella es consciente de que esa vida soñada con su amor se aleja, porque él está lleno de vigor y de futuro, pero a ella la dama negra la está llamando, siente su sombra:

«Alex, mi niño bonito, te envío esta humilde cartita con todo el amor que de mi corazón pueda brotar, se que ya muy pronto me veré en la penosa necesidad de alejarme de ti, se que segundo a segundo nos vamos alejando, que segundo a segundo nos vamos perdiendo uno al otro, que hoy mi corazón ya no es tuyo, y tu corazón ya no es mío, no es solo en el amor donde vamos marcando distancia, mientras a ti alex la vida le dice eres mio, a mi la muerte me reclama».

Frida palía el dolor con grandes dosis de alcohol y barbitúricos, adiciones que cita en estas letras; pero además nos habla del consumo de marihuana y de heroína (tecota). En los primeros meses de 1954 Frida fue hospitalizada varias veces tras intentar matarse. Queda la duda de si ella se quitó la vida un día fatídico y buscado (martes y 13) de julio. Esta carta, escrita dos semanas antes, refuerza esta idea. Recuerda el suicidio de dos amigas a las que vio morir, la amerinana Doroty Hale y la racial cantante (y amante suya) Lucha Reyes. Y con claridad advierte a Alejandro que ella no encuentra otra salida al sufrimiento de su cuerpo y su corazón que el seguir el ejemplo de sus amigas:

«hace muchos años que vi morir a Doroty, a Lucha (mi tequilera) Reyes…de propia mano, esto es se suicidaron y hoy que solo puedo vivir del Demeral, la marihuana, la tecota, la morfina, el tequila, el mezcal y otras hierbas, hoy que se que el suicidio es la única salida a mi sufrir».

Las últimas estrofas son para ratificar el gran amor que le tiene y la eternidad de su historia, reflejada en las cosas que le mandó (por sus fieles criados Chucho y Manuel) y nosotros les mostramos:

«Por tanto, te pido que todos los objetos que te he enviado; mis cartas, mis libros, mis composiciones, maquetas, los collage de objetos, mis pinturas, mis acuarelas, mis fotos…etc. las guardes como un tesoro y pienses que son como una caja de Pandora, que tienen todos los males, pero al final, en el fondo está guardada la felicidad y cuando tu o alguien quiera saber de mi sacalos, velos, besalos, acaricialos, amalos y entonces yo estaré a tu lado pa´que me quieras y pa´quererte».

Es la pasión por su camarada comunista, su español, por esa historia de amor a la que se «inmola», entregando su vida como las grandes amantes que en el mundo han sido; finalizando con un reproche por su desprecio, su olvido. Pero los acontecimientos políticos, la enfermedad (y poca disposición a cuidarse de la paciente) cayeron en pocos días de forma huracanada sobre este romance tantos años años oculto por sus protagonistas:

«Alex tu amor y el mio resucitaron en las cosas-secretos que te envié con Chucho y Manuel, las cosas del pequeño Vidal, esas entregalas a su familia que al fin y al cabo no tienen ningún interés en nuestro amor, los otros objetos amalos que es mi cuerpo y mi vida que te entrego en comunión de amor infinito más o menos como la hostia cristiana y el vino, Dios carne y sangre en redención del hombre, así yo en mis recuerdos, en mis secretos y en mis objetos te entrego vida, pasión y muerte de una camarada comunista que se inmola por bien de la felicidad de quien la sacrifica despreciandola. Sin más, quien mucho te ama. Frida Kahlo».

ALEJANDRO, GUATEMALA, MEXICO

Convertido ya en un exitoso hombre de negocios y viajero infatigable, A.F. colabora con la diplomacia republicana en el exilio centroamericano, ya muy tocada por el cambio de actitud de EEUU hacia Franco y otros regímenes autoritarios hispanoamericanos. El golpe de estado que la CIA venía pergeñando en Guatemala desde 1950 se activa en 1953, cuando el gobierno de Juan Jacobo Árbenz confiscó noventa y seis mil hectáreas de tierras ociosas a la United Fruit Company, como parte de la Reforma Agraria.

A principios de 1954 llega a Guatemala Ernesto Che Guevara, en donde estuvo poco más de nueve meses, tiempo suficiente para jugar unas partidas de futbolín con su inventor: «Venía todos los días al Centro Republicano Español en Guatemala. Teníamos estilos parecidos», recuerda A.F. En la versión relatada por el propio Finisterre a los productores del documental «Tras el futbolín», jugó y ganó siempre al Che pero nunca logró vencer a su entonces compañera, Hilda Gadea.

El 18 de junio de 1954, 400 rebeldes bajo el mando del Coronel Carlos Castillo Armas ejecutan torpemente el golpe de estado en Guatemala, pero antes del desastre son auxiliados por Estados Unidos y consiguen el objetivo. El 27 de junio de 1954 Árbenz fue derrocado, con el patrocinio de la United Fruit Company y la ejecución de la CIA mediante la operación PBSUCCESS, siendo sustituido por una Junta militar que finalmente entregó el poder al coronel Castillo Armas en septiembre. El ex presidente fue acusado de comunista, por atacar los intereses estadounidenses y de los oligarcas agrícolas nacionales, principalmente con la reforma agraria, y por dar cabida entre su círculo íntimo de asesores a los miembros del Partido Guatemalteco del Trabajo.

La empresa de A.F. hacía una fuerte competencia al monopolio estatal de las tragaperras, por lo que la Dictadura ordenó su detención, bajo la excusa de sus ideas republicanas, con riesgo de deportación a España: «Yo era amigo del embajador de la República Española en Guatemala. Antes del golpe de Estado, temiendo lo peor, él me pidió que llevara la valija diplomática a México. Quedó constancia de ese favor y, cuando el coronel Castillo Armas tomó el poder, me secuestraron y me metieron en un avión hacia Madrid. Pero amenacé al piloto con estrellar el aparato siendo el primer secuestrador aéreo de la historia. Más tarde, en México, me dediqué a editar».

Efectivamente, tras el golpe de estado en Guatemala, el régimen de Franco planeó un secuestro frustrado de Finisterre, el 11 de junio de 1956. El segundo intento sí llegó a buen puerto, y es embarcado por agentes de Franco en un avión para su deportación a Madrid. En pleno vuelo, entró en el baño, envolvió una pastilla de jabón en papel de aluminio, simuló que tenía una bomba y que la haría estallar si no regresaban. Amenazó a la tripulación y se ganó el favor de los viajeros, tras gritar: «¡Soy un refugiado español al que han secuestrado, y si es necesario, sé cómo evitar que este avión llegue a su destino!». El avión se desvió a Panamá. Tras abandonar Panamá, viaja a México.

Luis Mariñas Otero, el único diplomático de Franco en el Consulado Español, dirigió el secuestro de Finisterre. España hacía poco que contaba con una embajada en el país, rango que había adquirido la delegación en julio de 1954. En agosto se dio la primera credencial de embajador a Mariano Vidal Tolosana.

El representante diplomático de la República, amigo de A.F., era nada menos que Félix Gordón Ordás, ex diputado de Unión Republicana, camarada fraternal de nuestro vecino (y amigo de mi familia) Pepe Miñones de Corcubión. Por las mismas palabras de A.F. vemos que realizaba constantes viajes a Panamá, Ecuador, México, en los que servía de enlace a los cargos del gobierno en el exilio, cuando aún contaban en algunos países con cierta legitimación. En 1936 Ordás fue nombrado embajador en México, donde realizaría importantes gestiones diplomáticas durante la Guerra Civil Española ante el gobierno de Lázaro Cárdenas. Más tarde desempeñaría la representación de España ante Panamá, Cuba y Guatemala.

Fue miembro de la Junta Española de Liberación y llegó a ser nombrado presidente del Gobierno de la República en el exilio desde 1951 a 1960, etapa en la que conoce a A.F. Durante su gobierno la oposición en el exilio entró en una crisis interna cuando el Gobierno franquista entró en la ONU, siendo así reconocido a nivel internacional. Falleció en México el 22 de enero de 1973, el año que A.F. celebra un gran homenaje a León Felipe, con importantes intelectuales del exilio.

Por otra parte, León Felipe fue nombrado agregado cultural de la embajada de la República Española en el exilio y fundó, junto a Juan Larrea y Jesús Silva Herzog, Cuadernos Hispanoamericanos. A.F. por lo tanto figuraba en lo alto del cenáculo político y cultural del exilio español en América.  

Pódeche interesar

DEIXAR UNHA RESPOSTA

Introduce o teu comentario.
Insira aquí o teu nome
Captcha verification failed!
A puntuación do usuario captcha fallou. póñase en contacto connosco!
Concello de Val do Dubra
spot_img
spot_img

Síguenos

7,820FansGóstame
1,661SeguidoresSeguir
1,840SeguidoresSeguir
1,090SuscriptoresSuscríbete

Últimos artigos