-Rafael Lema Mouzo-
En mi primer viaje a Buenos Aires, en los años noventa, me sorprendió ver varios murales de Luis Seoane en galerías comerciales del centro de la ciudad, y también la posición destacada que ocupaban algunas de sus obras en el Museo de Arte Moderno, donde figuraba como un artista argentino, nacido en la ciudad, pese a que yo trataba de exponer a mis acompañantes que lo teníamos como uno de los grandes creadores gallegos del siglo, circunstancia desconocida para ellos.
El diario Clarín de Buenos Aires en su revista Ñ de cultura dedicó el fin de semana un amplio espacio a reivindicar la figura de Luis Seoane, y los muchos murales que dejó esparcidos por la capital porteña. «En un estacionamiento. En el palier de algunos edificios de viviendas. En una galería comercial.
En el ingreso a un teatro. A la vista de cualquier persona y, al mismo tiempo (o precisamente por eso), completamente invisibilizados, una treintena de murales y vitrales del artista galaico-argentino Luis Seoane componen un patrimonio artístico único en el mundo que se despliega por la ciudad de Buenos Aires y que se propone, en tiempos de distancia social y aforo, como un circuito artístico inesperado» escribe el cronista.
Luis Seoane, gran figura de la cultura gallega
Luis Seoane López (Buenos Aires, 1910-A Coruña, 1979) es una gran figura de la cultura gallega como dibujante, pintor, grabador y escritor. Pero realmente nació en Buenos Aires, hijo de emigrantes gallegos, y en 1916 se instaló en A Coruña, en donde hizo el bachillerato, estudiando posteriormente Derecho en Santiago de Compostela, en donde participó en la actividad política y cultural estudiantil.
Ejerció de abogado laboralista en A Coruña y fue miembro del Partido Galeguista, hasta que estalló la guerra y se exilió. Se estableció en Buenos Aires, donde estuvo en contacto con otros compatriotas exiliados del franquismo. Clarín recuerda su activismo en el país, donde fundó editoriales, revistas, impulsó programas de radio y tertulias, organizó exposiciones, escribió libros, pintó, dibujó y se vinculó con otros artistas como Maruja Mallo y Manuel Colmeiro, Leopoldo Nóvoa, o Alfonso Rodríguez Castelao.
Dedicatoria de Luis Seoane, del libro sobre Castelao artista
La Universidad Nacional de San Martín (Unsam) comenzó un trabajo de catalogación y documentación para visibilizar esas piezas y evitar su desaparición. La idea es lanzar con esa información un Roteiro Seoane: un paseo para recorrer a pie las obras, con la guía de materiales y mapas, que se podrán bajar de la web gratuitamente de este artista mundial con dos identidades.
«Seoane se inscribe dentro del amplio modernismo del siglo XX, dinámico y cosmopolita. El desarrollo de su imagen a partir de la resolución sintética de figuras, su experimentación material y disciplinar, su circulación internacional, lo vinculan a esa corriente que dominó la producción artística de su época», según dice a Clarín la doctora en Historia del Arte Silvia Dolinko, una de las mayores especialistas en el análisis de su obra.
También fue publicista: el icónico cartel de Cinzano con las letras amarillas sobre un trapecio negro fue creado por Seoane y es el primero con diseño abstracto realizado en la Argentina. «Seoane manejaba un alto nivel de actualización» según Dolinko y sostuvo diálogos con destacadas figuras como Pablo Picasso, Lucio Fontana, Raquel Forner, Piet Mondrian, Lasar Segall. A la vez, junto a esta línea moderna, sostuvo un permanente diálogo o interpelación de aspectos de la tradición cultural. Como se ven en su elección de la obra mural o de la xilografía, de tanta tradición en Hispanoamérica.