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jueves, marzo 21, 2024

Cartas de amor de Frida Kahlo y Alejandro Finisterre

Texto //Rafael Lema// – Retrao Rosario Miñones-

FRIDA KAHLO Y ALEJANDRO FINISTERRE. CARTAS DE AMOR AL FILO DE LA MUERTE

Las cartas de amor

En la primera parte de este artículo anunciamos la publicación del epistolario entre dos grandes personajes del siglo pasado, la comunicación entre la artista mejicana Frida Kahlo y uno de sus grandes amores, el gallego Alejandro Finisterre. Tras apuntar algunos rasgos biográficos de los dos homenajeados y ubicar en su entorno inmediato estas letras de trascendente valor histórico, en este laborioso trabajo de documentación en dos continentes empezamos a «debullar» este legado sorprendente. El testamento de una de las grandes mujeres de nuestra cultura hispana.

En el cofre de las viejas cofradías había tres cerrojos. El mayordomo y dos vicarios guardaban cada uno una llave; y solo los tres el mismo día, a la misma hora, estaban autorizados a abrir anualmente el «peto». La caja de los secretos mejor guardados de Frida Khalo lleva más de medio siglo cerrada y también cuenta con tres custodios. Hoy abrimos un misterio detenido en el tiempo, salvado milagrosamente de la desidia, la codicia humana, las inclemencias, la carcoma y el fuego. Puede abrir o cerrar heridas, es una parte de la memoria del siglo. El arca de Frida.

Empezamos por resumir un conjunto de seis epístolas cruzadas entre Frida y Alejandro en los primeros meses de 1954. Tendremos tiempo para trabajar con cada una de ellas. Son verdaderamente esclarecedoras del material analizado. El testamento de la autora, el resumen de su vida, de sus hombres y mujeres, sus afectos y desafectos. Solo les daremos un avance, pero no se desesperen. Las tendrán por entero, el mundo las necesita más que nunca. Nuestra Frida, nuestro Alejandro.

Se conocen en el verano de 1948, vivirán un intenso romance, serán amigos toda la vida, hasta las puertas de la muerte. La distancia por el trabajo del empresario gallego no fue un buen aliado en este romance de camaradas y artistas. Frida lo buscó en sus últimos meses, entre varios intentos de suicido y fuertes recaídas. Lo necesitaba cerca, en su extrema soledad. En el último año de su vida, las vicisitudes políticas de nuevo le devolvieron a su amor, a su amigo del alma. Alejandro estaba planeando vivir en Méjico, había buscado casa. Pero la parca no esperaba, se la llevó en pleno proceso.

Alejandro le escribe a Frida, le pregunta si le quiere. Ella le responde «Alejandro Fin de Tierra; mi niño amado…eres de mis amores uno de los que más he querido». Aclara que «mi gran amor es mi niño sapo, mi niño gordo mi Diego, pero tu alex (sic) eres uno de mis grandes amores». Luego le participa el envío de un «pequeño cuadernito» para que lo guarde como en una tumba; en él «te voy a enumerar algunos de mis amores, pasiones, desvaríos». La siguiente misiva, Frida la encabeza con un «Amado Alex: mi hermoso niño». Se queja de dos proyectos del «cabrón de Diego»; la idea de guardar sus cosas en «la casa de San Pablo» y en un cuarto secreto, oculto de todos; «es por eso que me dí a la tarea de sustraer algunos objetos y que son los que te he mandado».

Frida- con 32 años- Wikipedia

A Frida Kahlo le habían amputado la pierna, se siente inútil, un estorbo, una muñeca rota que nadie puede amar, que solo da pena. Le hace una larga lista de preguntas a su Álex. Él le responde a su «querida Firita»; claro que se acuerda del primer día que llegó a Méjico, el 23 de agosto de 1948; claro que la sigue queriendo. Renueva sus palabras de amor a su amada, su ansia de verla. Se reafirma en la sinceridad de sus palabras, no puede fallarle por tres razones…su «estirpe española», por ser poeta y comunista. «Desde hoy y por la distancia seré la mitad de tu pierna, de tu cuerpo, de tu vida y de tu muerte. Frida eres todo en mi existir».

Guardamos para el final la epístola más larga, tan dura como emotiva; dos hojas de pulso en tensión, desde la primera línea: «Alex: mi adorado niño poeta, mi admirado luchador social». Frida en los primeros meses de 1954 se siente desarbolada, sola, abandonada por todos, por Diego y los amigos. Sufre: «ya no le tengo miedo a la muerte, le tengo miedo al dolor…hoy que me mocharon la pata, que mi columna está hecha astillas…hoy que solo puedo dar lástima o causar morbo pienso que el quitarme la vida, es un acto de gran valentía y honor, no tengo otra salida». La amiga ve ya el rostro de la muerte, se abre como nunca a su amigo y le informa que junto a la carta le envía «objetos muy personales; cartas, apuntes de mi vida que he venido escribiendo en estos últimos meses- finales de 1953 hasta ahora», cosas que solo quiere que tenga él. Concluye que «esta vida valió la pena vivirla por tres cosas: Por ser pintora, por amar a Diego y por ser comunista». Al lado de su firma dibuja un ojo semiabierto del que caen en dos filas ocho grandes lagrimones que van creciendo en su descenso. ¡Qué bella y cruda imagen, icónica expresión de su dolor! De todo el dolor del siglo. El ojo de Frida, el ojo del siglo XX, el ojo de Picasso.

En 1938 Frida fue invitada a exponer su obra en una muestra sobre México en París, cuando la ciudad aún era el faro de la cultura mundial, en la agitada década de totalitarismos que desembocará en la más cruel de las guerras. Los cuadros de Frida fueron un éxito y el Louvre estimó conveniente comprar una de sus obras, El Marco, un autorretrato en donde se recoge el pelo con una cinta color verde amarillento coronada con una amplia flor de oro. Era la primera artista de su país que llegaba al gran museo parisino. Alejandro Finisterre comentaba que Diego Rivera solía decir «Todos éramos patanes junto a Frida. Ella es la mejor pintora de su época».

En la muestra, los surrealistas la tomaron como a una ahijada; recibió elogios de Kandinsky, Picasso, Miró, Tanguy, Paalen. Picasso le regaló a Frida unos aretes de carey y oro, en forma de pequeñas manos. Y le enseñó una canción española que años después hizo popular Antonio Machín, «El huerfanito». Fue siempre una de sus favoritas, se la solía cantar a Diego y a sus cuates en México. Picasso, nada dado a los elogios, en París tomó un dibujo de Frida delante de Diego Rivera, lo miró por largo tiempo embelesado, y luego comentó: «mira estos ojos: ni tú ni yo somos capaces de nada así». Y los ojos saltones del genial malagueño relucían por las lágrimas.

LAS CARTAS. 1953-1954 (transcribimos con fidelidad al original)

ALEJANDRO

1

Querida Firita en tu pasada cartita (que me puso muy contento) me preguntas muchas cosas que no se por donde empezar las respuestas, lo intentaré:

En primer lugar me preguntas que si ya se me olvidó la fecha que vine por primera vez a México, respuesta no se me olvidó, ni se me olvidará, el 23 de agosto de 1948 y como no me voy a acordar de «La Bomba Atómica» si aun hoy me da la risa cuando viene a mi mente.

Me preguntas que si aun te sigo queriendo? ¿que si te extraño? ¿que si te amaré ahora sin mitad de pierna?

Firita faltaria a mi estirpe española, a mi mistica de poeta, a mis ideas de comunista y ha ser hombre si así lo hiciera.

Desde hoy y a la distancia sere la mitad de tu pierna, de tu cuerpo, de tu vida y de tu muerte. Frida Eres todo en mi existir.

Por cierto linda que al gran Romulo Gallegos y a Ciro Alegria les gusta mucho aquellos versillos que me cantabas cuando hibamos a Cochimilco ¿te acuerdas?

«…De su pistola me gusta de su pistola la cacha, présteme usted un momento y dale vuelo a la hilacha…»

Espero haberte dado ya respuesta y sino piensa que el mes que entra esté ya instalado en mi casa de Montes de Oca en México (nuestra antigua vida de amor) y poder volvernos a amar, por aca nadamas me detienen detalles de Ecuador 0º 0´0´´.

Me despido amandote como nunca y deseando estrecharte entre mis brazos.

A FinisTerre.

FRIDA

1

Alejandro «Fin de tierra»; mi niño amado me preguntas si te quiero y yo te digo que eres de mis amores uno de los que más he querido, claro es que mi gran amor es mi niño sapo, mi niño gordo mi Diego, pero tu alex eres uno de mis grandes amores.

Muchos amores he tenido en esta recanija vida, yo he amado hombres y mujeres por igual y ellos y ellas me han amado sin frenos, Fronteras, ni reglas ni ataduras.

En este pequeño cuadernito te voy enumerar algunos de mis amores, pasiones y desvaríos, son como dicen las mojigatas «virtudes públicas, vicios privados»

alex espero que en tus manos y en tu memoria sean estas confesiones un secreto tan enterrado y encadenado como una tumba. Frida Kahlo

2

Señor alejandro Finisterre

Presente

amado alex: mi hermoso niño tu diras que como jorobo con el mismo tema, te prometo que esta es la ultima vez que lo hago.

El hecho es que al cabrón de Diego se le metió dos ideas muy delirantes, el primer caso y que ya esta en marcha la casa en San Pablo pa´sus ídolos y la otra que muy pronto también sera una realidad, el hacer «arqueología del Futuro» y esto es que va a cerrar un cuarto secreto donde va a guardar un montón de chingaderas pa´que en el futuro sea descubierto por los arqueologos y el mundo sepa como viviamos, el cuarto es un baño donde el metia ya muchas cosas: Fotos, papeles, notas, pinturas, artesanias, arqueología…y yo mirando

Es por eso que me di a la tarea de sustraer algunos objetos y que son los que te he mandado con Manuelito y esto te lo digo pa´que guardes el secreto porque si Diego se entera nos mata a los dos. Gracias, te amo. Frida Kahlo.

Posdata

¿no te gustaria que Diego nos guarde juntos?

3

Señor alejandro Finisterre

Presente.

Alex: mi adorado niño poeta, mi admirado luchador social, espero que cuando tengas estas humildes letras ante tus ojos te encuentres en inmejorables condiciones de salud, dinero, amor, queacer literario y en fin a todo lo que concierne a tu vida, yo por acá pues muy mal y este es el motivo por el cual te escribo, alex, mi niño tu eres tal vez el único hombre -despues de Diego- que valió haberme enamorado, haberme entregado a ti, hoy a la distancia, cuando todo ya pasó, cuando el tiempo nos come y en mi caso cuando la muerte nos llama pa´habitar el Mictlan es el momento de las cuentas muy claras y el chocolate espeso ¿sabes mi niño? ya no tengo miedo a la muerte, le tengo miedo al dolor y ahora en mi vida cada segundo es como un minuto de dolor, hoy que ni siquiera puedo escribir, hoy que me «mocharon la pata», que mi columna esta hecha astillas, hoy que la mente esta nublada por la marihuana, el Demeral, el pulque, el tequila y el desamor, hoy que como nunca sufro la indiferencia y abandono de Diego, hoy que las amigas presurosas se marchan, hoy que solo puedo dar lastima o causar morbo pienso que el quitarme la vida, es un acto de gran valentia y honor, no tengo otra salida.

Mi niño es por eso que junto con esta cartita le envio una serie de objetos muy personales; cartas, apuntes de mi vida que he venido escribiendo en estos últimos meses -finales de 1953 hasta ahora-, objetos varios que casi nadie conoce y que solo una persona como tu que me quisiste mucho y que yo te quiero «necesita», son objetos que no tienen ningun valor monetario pero pa´mi valen mucho porque son salidos de mi corazón, de mi caja de Pandora», pienso que no hay mejores manos que las tuyas pa´ponerlos y al tenerlos tu es estar hasta la eternidad contigo, si algun día piensas que estorban quemalos al fin y al cabo las cenizas son resultado del fuego de la vida que se apaga.

Se que muy pronto el Señor Mictlantecutli vendrá por mi ojala sea pronto que llegue cuando este yo pintando, junto a Diego o en la próxima manifestación comunista a favor del Gobierno Democrático de Arbenz, al fin y al cabo esta vida valió la pena vivirla por tres cosas:

Por ser pintora, por amar a Diego y por ser comunista.

Atentamente

Frida Kahlo.

Posdata

El propio m, te lleva tus cosas

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