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martes, marzo 26, 2024

Alejandro Finisterre, un gran editor en el exilio

Rafael Lema –

Si un hombre ha vivido su siglo ese ha sido Alejandro Finisterre. Guerras, exilios, golpes de Estado, amores y desamores, cárcel y homenaje, duras traiciones y grandes amistades cubren las páginas de su inmensa biografía. En nuestro empeño por colocar a nuestro vecino de la Costa da Morte en el pedestal que le corresponde hoy vamos a hablar de la faceta editora de Alejandro Campos, un nombre clave en la recuperación de la obra de los escritores españoles en el exilio pero también en el impulso literario sudamericano de la segunda mitad del siglo pasado. «Emperador editorial de la poesía» le llamaba León Felipe.

Entre impresores anarquistas

Todo nació entre impresores anarquistas en el convulso Madrid previo a la guerra civil. Siendo adolescente y bachiller en la capital, el rompeolas de todos los vicios y pasiones nacionales, este gallego universal se sintió tocado, cuando no arrebatado, por las musas; y empezó a crear versos entre anodinas clases y crepúsculos martirizados por los cielos domeñados por los altos edificios de una ciudad en pleno galope.

La necesidad le llevó a alternar el trabajo de peón y los estudios, a dormir en la calle y a cobijarse en las iglesias. Vendía sus versos, hijos del frío y la penuria, entre los clientes del café Universal, en donde conoció al escritor anarquista Pedro Luis de Gálvez, entrando al poco a trabajar en una imprenta, refugio de los cachorros de la CNT. En esa situación nuestro gallego progresa en el ideal anarquista, y creó una revista, «Paso a la Juventud», al tiempo que entabló amistad con el poeta León Felipe.

REVISTA ECUADOR 0º 0' 0''

Guerras y huidas lo llevaron en 1947 a Ecuador. En Quito fundó la célebre revista Ecuador 0º 0' 0'', un hito de las letras hispánicas. En Guatemala se convirtió en exitoso industrial, invirtiendo sus ganancias en la edición, el apoyo a la cultura. De nuevo un golpe de Estado le obligó a emigrar en 1956, dejando todo atrás. Le toca empezar de nuevo, viajar, emprender. Desde 1958 residió en México y fundó su Editorial Finisterre Impresora. Diez años antes había arribado por vez primera al país azteca, por donde cabalgó mi pariente Hernando de Lema al lado de los chichimecas de Cortés. Entonces conoció a Frida, nuestra sufrida y gloriosa mártir, pero esa es otra historia.

Más de 200 títulos de poesía editados en México

En México edita más de 200 títulos de poesía de autores exiliados españoles, mexicanos y guatemaltecos. Publicó a León Felipe, Juan Larrea, Ernesto Cardenal, Luisa Carnés. La editorial Ecuador 0º 0' 0'', Revista de Poesía Universal, dirigida con especial cuidado en todos sus aspectos por el propio Alejandro Finisterre, merece un punto aparte, en estos tiempos tan cobardes para la lírica, de libros descatalogados y contenedores refugio de los cadáveres de celulosa de las viejas librerías.

Detrás de esta labor artesanal, detallista, llena de amor por el formato, la tipografía y las ilustraciones, estaba nuestro gallego. La gran colección de libros publicados hasta 1970 nos deja un legado hoy imposible en estos tiempos tan mercantilizados e indecentes, el de un proyecto editorial personal, el de un editor que cuidaba cada libro atendiendo la propuesta artística del escritor.

Gran Homenaje a León Felipe

En 1968, con el pretexto de las Olimpiadas en México, se otorgó el Premio Olímpico de Poesía, convocado por la Comunidad Latinoamericana de Escritores y por Ecuador 0º 0' 0'', Revista de Poesía Universal. Finisterre organizó en 1973, en el Bosque de Chapultepec, el gran homenaje del exilio a León Felipe, congregando a intelectuales como Ramón Xirau, Francisco Giner de los Ríos, Juan Marichal, José Miguel Ullán, Ramón Chao y Celso Emilio Ferreiro.

Fue académico de la Real Academia Gallega; miembro de la Société des Auters et Compositeurs Dramatiques de Francia; socio fundador de la Asociación General de Industriales de Guatemala; de la Asociación Mexicana de Periodistas; de la Asociación Mexicana de Escritores; de la Cámara Nacional de la Industria de Artes Gráficas y de la Cámara Nacional de la Industria Editorial de México.

Pero no se libra de la cárcel de las postrimerías del franquismo, de donde lo saca la amnistía de la transición. Fallece en Zamora el 10 de febrero de 2007, un mes antes de cumplir 88 años. Sus cenizas fluían por el Duero, el poético río de León Felipe y los Machado, hacia su océano natal; y enfrente a la Foz do Douro tomaron la corriente del Golfo de México hacia el cabo Finisterre. Si, el mar nos lo devuelve.

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