//Manuel Sambade//
El último en sumarse a la larga lista de felicitaciones ha sido su paisano, el también ceense de nacimiento, José Manuel Otero Lastres (Cee, 18 de marzo de 1947), afamado jurista español (abogado y catedrático), también conocido por su faceta de escritor literario y de directivo del Real Madrid, C.F.
Lastres, también oriundo de Cee, loa en el blog “Puentes de palabras”, que escribe para el diario ABC, la iniciativa solidaria de la cantante ceense Rocío Caamaño con la “Asociación Sonrisas sin Cáncer”. El afamado jurista se vuelca en alabanzas hacia una Caamaño de quien destaca, con orgullo de tierra, que, “además de haber nacido en Cee, al igual que yo”, es una joven cantautora, creadora de sus propios temas y capaz de combinar a la perfección “el mensaje social con música ligera”, composiciones que, asevera, “canta con una suave y melodiosa voz”.
Protagonista de excepción
Rocío Caamaño, rara protagonista de este blog centrado generalmente en temas políticos, es alabada por haber puesto su esfuerzo y talento “al servicio de una causa muy noble”, afirmación relativa a la actuación de la ceense en el acto de presentación del calendario solidario de la entidad “Sonrisas sin Cáncer”.
Una gala en la que Caamaño interpretó el tema de producción propia: “Valiente”, que tanto éxito ha tenido entre los amantes de la buena música y acumula miles de reproducciones en Internet. Tema éste, “Valiente”, surgido del contacto entre la artista y la Asociación “Sonrisas sin cáncer” de Paracuellos del Jarama, donde, como indica Otero Lastres, “tuvo ocasión de conocer a niños que padecen esta enfermedad, comprobando su grado de heroicidad y el de sus familias”.
Musicalizando una pesadilla
Destaca el eminente jurista que todo nace de la sensibilidad creativa de Rocío Caamaño, una sensibilidad que la ha llevado a componer una versión en positivo de algo extrañamente bello o motivador: una pesadilla. Caamaño se ha puesto en la piel de uno lo niños afectados de cáncer y ha sabido darle ánimos a su dolor y miedo animándolo, como poéticamente apunta Lastres, a ponerse “su traje de súper heroína, respirar profundamente y comenzar a hacerle frente”.