La incautación de tres anclas en la fachada de una casa de Muxía (A Coruña) por la Guardia Civil el pasado mes de noviembre que llevó a una denuncia contra un vecino por presunto delito patrimonial se vio envuelta en la polémica al atribuirse una de ellas, de tipo almirantazgo, al naufragio más célebre de la Costa da Morte, el del crucero de guerra inglés HMS Serpent, naufragado en la Punta do Boi de Camariñas en noviembre de 1890.
Pese a que la noticia tuvo una enorme trascendencia mediática, dentro y fuera de España, desde el primer momento la delegación en la Costa da Morte de la Real Liga Naval Española negó tal atribución. A los pocos días un informe elaborado por Rafael Lema para la RLNE, con pruebas y testimonios, ratificó que de ninguna manera el ancla pertenecía al citado barco. Fue la única voz en contra de la sorprendente y poco contrastada información.
El peritaje del proceso judicial concluye que el ancla no puede vincularse al Serpent. Antón López, arqueólogo submarino y responsable del área de patrimonio cultural de la Federación Española de Actividades Subacuáticas dio cuenta del informe esta semana santa en la Casa de Man de Camelle, en donde se halla la pieza en depósito. Para el especialista el ancla es de las que se usaban en canales o en cursos fluviales y el contexto de su aparición no es claro. Por los testimonios recabados fue hallada muy lejos de la zona del naufragio del Serpent, a más de setenta metros de profundidad. El experto cree que es de la segunda mitad del siglo XIX y procede del norte de Europa. Con todo, cree que se trata de una pieza de valor y singular en su forma.
LA RLNE, LA UNICA VOZ QUE ADVIRTIO DEL ERROR
Ante el clamoroso silencio de historiadores y expertos nacionales, la delegación de la RLNE en la Costa da Morte desde el primer día criticó la vinculación al referido barco de guerra y procedió a realizar un rápido estudio de la pieza, recabando testimonios y pruebas documentales. El dossier dado a conocer por la sede nacional de la entidad se confirma ahora como riguroso y certero.
Desde la RLNE no quieren olvidar que el proceso, según la nota oficial de prensa reproducida de forma masiva en su día, nació tras una denuncia falsa y un informe del FEAS, que derivó en la actuación de los agentes y de la delegación del Gobierno. Del mismo modo está claro que de no haber citado en el caso el nombre del barco inglés y en el preciso mes del aniversario del siniestro la noticia no habría tenido esta trascendencia, siendo por tanto una búsqueda de notoriedad sin valorar las consecuencias sobre una familia de veteranos marineros que nunca ocultaron ni las piezas ni el origen. La delegación provincial de la RLNE ratifica todas las conclusiones de su análisis de noviembre, que deja a cada uno en su lugar.
Tres fueron las anclas recogidas en Muxía, dos procedentes de bakas de arrastre del propietario, un armador jubilado. La tercera, más antigua y de menor calidad, de tipo almirantazgo, es la que se atribuyó al HMS Serpent. Lejos de verla como un objeto de gran valor histórico y singular seguimos considerándola un anclote, elemento menor; aunque de procedencia foránea es una variedad muy presente en nuestra flota menor de cabotaje, pequeños veleros o pesqueros, entre finales del siglo XIX y mediados del XX. El anclote de Muxía responde a un cepo atado a la caña, no de articulado, como el de tantos pataches o balandros que navegaban por nuestra costa. Piezas de 15 a 25 libras para barcos de 30 a 60 pies, sin patente, sin numeración, de fundición de mala calidad. Un material que de ninguna manera prestaría servicio en una unidad naval de combate del calibre del Serpent. Por la investigación llevada a cabo por la delegación de la RLNE concluimos que se trataba del anclote de un velero de cabotaje de escaso porte perdido frente al cabo Vilán posiblemente hace un siglo.
El áncora hace más de treinta años fue sacada del fondo del mar a 80 brazas. Hay testigos que confirman cuándo y cómo fue sacado este ferro liado en las volantas de un pesquero de Muxía. En los años 80 el pesquero de Muxía Hermanos Sambad recogió el anclote en las volantas a unas ocho millas de cabo Vilán, en mar abierto, en las piedras al sur de O Crebal. Por el peso del ancla y al irle golpeando el casco optó por desprenderse de ella traslandándola media milla a un canal más profundo en donde no molestara a otros volanteros. En esa zona faenaban arrastreros y allí la enganchó en los aparejos un pesquero de la familia que la tenía decorando la fachada de su casa.
En cuanto a las anclas que usaba el HMS Serpent, un crucero torpedero de guerra británico botado en 1887, contamos con testimonios gráficos y documentación naval que verifica el tipo y calidad de las mismas. Totalmente desacorde a los tres anclotes que desde hace tres décadas se podían ver en una plaza pública de Muxía.
NOTA DE PRENSA REAL LIGA NAVAL ESPAÑOLA