Si algunas armas pudiesen hablar nos contarían muchas crónicas ciertas de batallas y acontecimientos bélicos del pasado, como verídicos testigos de hechos memorables. Esto sucede con un sable inglés de las guerras napoleónicas que un socio de la Real Liga Naval Española, Daniel Anido, recuperó en el seno marítimo de Corcubión.
Quizás un mudo testigo en abril de 1809 de los combates de Ponte Olveira, la reconquista de Camariñas, la batalla de A Armada que concluyó el 13 de abril con los incendios de Cee y Corcubión.
Tras el hallazgo, Daniel Anido, maquetista naval de Malpica, se puso en contacto con el responsable de la delegación provincial de la Real Liga Naval Española en la Costa da Morte- A Coruña, Rafael Lema, y juntos se pusieron a investigar el origen del arma.
Según el informe de la RLNE con toda probabilidad procede de su uso por los corsarios a cargo de las cañoneras de Barruti en el sitio de Corcubión, o de la pinaza usada por Antonio de Leira para alcanzar a la fragata inglesa HMS Endymion a principios de abril a la altura de Fisterra. Las familias corsarias de Leira y Lastres están detrás de la posesión del arma.
Guerra de Independencia en Corcubión
La HMS Endymion descargó en la playa de Langosteira cajas de armas para apoyar a las alarmas del partido de Corcubión levantadas contra el invasor francés, apostado con firmeza en las plazas fuertes de Camariñas y Muros. Corcubión se alzaba como el centro neurálgico de la resistencia en abril de 1809. Allí lideraban las tropas los autonombrados generales milicianos Lapido, Pizpieiro, Pedro Romero, Andrés Caamaño.
En enero de 1809 el general Soult arrincona a las tropas inglesas de Moore en A Coruña. El 3 de febrero los gabachos ocupan Santiago, la capital de la provincia en la que estaba inscrita la Costa da Morte. El general Ney queda al cargo de sofocar la rebelión en la zona, emprendida por las alarmas populares que movilizan hasta 3.000 milicianos. Hombres y mujeres.
La HMS Endymion (ex francesa Pomone) era un magnífico ejemplar de 26 cañones de 24 libras, 8 de 9 y 8 carronadas de 32. La guiaba el experto capitán Thomas Bladen Capel. El teniente segundo Charles Thruston fue el encargado de bajar a tierra y llevar a Corcubión los suministros pedidos por Leira para la junta local contra el francés. A partir de ahí la caja con los sables pasó a los marinos de corso de las cañoneras y tras arrojar al invasor de Galicia en el verano de 1809, siguió en uso en los barcos de corso de los Leira y Lastres dos décadas más.
Por suerte, guardado en el arca de un «faiado» de la ría llegó a nuestros días. Igual suerte corrió una pieza de bayoneta de la misma época y origen que se conserva en el pazo de Cícere en Santa Comba, también localizada por los miembros de la RLNE.
Pieza de caballería ligera inglesa
El arma sin ninguna duda entabló recios combates, muestra de ello es el estado en el que fue hallada. Le faltan unos diez centímetros de punta y por ello fue reafilada. Según el informe del maestro armero que la revisó, se trata de una pieza de caballería ligera inglesa del modelo 1796 Pattern, originalmente de 94 centímetros, muy usada como espada por los húsares, basada en un diseño austriaco. Lleva una empuñadura de estribo característica, recubierta de cuero, tipo protectora knuckle, ligeramente curvada y una hoja ancha con mechones. Había sido resguardada en una vaina pesada de hierro o acero con dos anillos para su mejor porte.