En un esfuerzo conjunto por preservar la historia y el patrimonio local, la Fundación Fernando Blanco de Lema se embarca en un proyecto único y significativo después de la caída del centenario abeto griego en el jardín botánico del Instituto Fernando Blanco de Cee.
La reunión entre los miembros del Patronato de la Fundación, el equipo directivo del I.E.S. Fernando Blanco y representantes políticos delineó la estrategia para dar un nuevo propósito a la madera del árbol emblemático. La decisión, acogida con entusiasmo, fue la propuesta del luthier, compositor y teórico de la música local, Daniel Romar Sambade.
La iniciativa de Romar Sambade consiste en utilizar la madera del abeto griego para construir un clavicémbalo, un instrumento musical con teclado y de cuerda pulsada. Este clavicémbalo, una réplica de un modelo original flamenco del año 1638 del constructor Ioannes Ruckers de Amberes, se convertirá en una pieza única que enriquecerá el patrimonio de la Fundación.
La elección de la madera del abeto griego no es casualidad; históricamente utilizada en la luthería de instrumentos musicales de cuerda, la madera se considera «árboles de la música» según el neurobiólogo vegetal Stefano Mancuso. Las características únicas de esta madera, como sus canales resinosos, la convierten en un material apreciado por su calidad acústica.
La propuesta de Daniel Romar no solo resuena en términos artísticos, sino que también se enmarca en un contexto cultural y comunitario más amplio. La colaboración entre diferentes partes interesadas demuestra un esfuerzo colectivo para honrar el legado del abeto caído.
El clavicémbalo
El clavicémbalo, conocido por ser popular durante la época barroca, se erige como un símbolo de conexión entre la historia musical y la comunidad local. La decisión de replicar un modelo original flamenco añade un componente histórico a este proyecto, mientras que la donación desinteresada del instrumento por parte de Sambade subraya su compromiso con la preservación cultural.
Este proyecto, que se espera esté completo en aproximadamente 18 meses, no solo dará una nueva vida a la madera del abeto griego, sino que también proporcionará a la Fundación una pieza única que resonará con la rica historia musical y cultural de la región.
Con el clavicémbalo como testimonio de la colaboración comunitaria y la creatividad artística, la iniciativa representa un paso significativo hacia la preservación del patrimonio local y la continuidad de las tradiciones culturales en Cee.