Foto- Isabel Barreiro
El conjunto natural del Mar de Trece en la parroquia de Xaviña, en Camariñas, es uno de los más singulares del LIC Costa da Morte. Por tener una de las dunas más altas de Europa (o penal de Veo), por ser el nido del mayor caramiñal nacional, por sus coidos o playas de bolos (cantos rodados) por albergar varios endemismos florísticos y en fin por su belleza natural.
A ello añadimos la ubicación en un extremo del Cementerio de los Ingleses, único dedicado a un naufragio en el mundo en la fatídica punta do Boi, necrópolis marina de numerosos barcos.
Ahora el lugar también posee una amplia laguna que fue cubriendo una vaguada y algunas «fochancas» que nos hablan del no muy lejano uso de este espacio para carretar arena con destino a obras públicas y privadas.
Las intensas lluvias del último mes han propiciado tan inusual estampa, que nos parece sacada del cercano arenal de Traba de Laxe.
Pero es Trece, idílico rincón con un monte de arena que parece nieve y ahora se refleja en las azules aguas de su lago sin ciudad sumergida. Espacio natural que tiene un aliciente más para su visita pese al mal estado de la pista que conduce a aquel paraje. Una playa de 1250 metros de largo, un mar bravo, un conjunto con todos los tipos de dunas imaginables.