-Rafael Lema Mouzo-
José Blanco Méndez, O Carnesán, fue enterrado el lunes en Quintáns, Muxía, con los rigores exigidos por el covid. Fue el recuperador de la danza de espadas de San Isidro de Quintáns, uno de los bailes tradicionales o danzas blancas de la zona que se sigue manteniendo. Sobrino de un bailador, animó a los jóvenes a volver a danzar el día del patrón, tras pasar por una enfermedad.
Hace 35 años reunió a tres de sus hijos, un vecino, y varias mujeres y de nuevo puso en marcha un grupo de danzantes, enseñándoles los pasos de un baile que solo quedaba recogido en las viejas fotos de Caamaño. La capilla de Isidoro de Quintáns, del siglo XVII, fue fundada por una cofradía encabezada por Lope Vázquez, que también fue párroco de Ponte do Porto y Carnés en donde creó la cofradía de San Cristovo y la famosa faguía.
La Sección Femenina de Muxía contó con él en su programa de recuperación de bailes populares gallegos y el hijo del gobernador de A Coruña lo animó a crear una escuela de baile tradicional en la capital provincial, algo que declinó. El grupo Xacarandaina hizo una versión siguiendo sus indicaciones.
Hay más artistas en la familia, su hijo Manuel «O Carnesán» también es un gran animador de los carnavales de Ponte do Porto, y una nieta, Sara Gándara Blanco, publicó ya varias novelas de corte romántico. Nacido el 17 de enero de 1923, estaba casado con Sandra Antelo, tuvo seis hijos.