Manuel Sambade
Las rachas de viento llegaron a superar los 110 Klm por hora y las olas cotas entre los 7 y los 10 metros de altura en la Costa da Morte, afectando a parajes tan emblemáticos como el hotel “O Semáforo” de Fisterra.
El hotel “O Semáforo”, mascarón de proa del turismo de Fisterra y emblema icónico de toda la Costa da Morte, se volvió a llevar, una año más, en una especie de curiosa tradición o rito iniciático, el protagonismo en lo tocante a los efectos colaterales de la borrasca que azotó la comarca. Una inclemencia que arrampló con parte de la techumbre exterior de la instalación hotelera, que volvió a ser la “víctima” de las rachas de viento aunque, por fortuna, y en una nueva muestra de la singularidad y del buen arte que atesora el establecimiento, el vendaval sólo afectó a la parte externa, sin dañar en lo más mínimo la cubierta inferior de madera.
Rápida intervención de la Policía Local
Además, desde el primer momento en que desde el hotel tuvieron constancia de lo que estaba aconteciendo se dio comunicado a las autoridades y, así, en un corto espacio de tiempo, unidades de la Policía Local ya habían acordonado la zona ante la posibilidad de que alguna de las tejas pudiese causar algún tipo de daño a las personas que se hallasen en las inmediaciones.
Sin desgracias que lamentar
Por fortuna, y como apunta el teniente de alcalde Fisterra, Xan Carlos (Kuka) Sar, el viento del oeste empujó a las chapas desprendidas hacia la propia ría, evitando que causasen daños que lamentar y, de hecho, a últimas horas de la mañana ya se estaban llevando a cabo las gestiones por parte de los responsables del hotel para subsanar lo dañado en el menor tiempo posible y reponer las tejas arrastradas por lo vientos de la indómita Costa da Morte que, una vez más, han vuelto a dar pruebas de la bravura de un mar y un territorio mítico, incomparable e indomable.
Diversas incidencias a lo largo de toda la Costa da Morte
Además de afectar al hotel “O Semáforo”, el temporal también dejó su rasto en otros puntos de la localidad, como en la cubierta del edificio donde se ubica el Banco Santander, en la Calle Alcalde Fernández, que registró la caída de diversas tejas sin que, por fortuna, hubiese que lamentar daños en personas o propiedades.
Fuera ya de estos incidentes, localizados en Fisterra, diversas localidades costeras sufrieron daños en forma de árboles caídos entorpeciendo el tránsito, como en la carretera en dirección a Estorde, en Cee, y otros daños de menor cuantía como señales desprendidas y contenedores volcados por el fuerte viento.