Manuel Sambade//
Agosto se despidió con un nuevo pleno de espectadores atraídos por la magia de la iluminación nocturna y la música, que convierten a este emblemático enclave de la Costa da Morte en un referente inexcusable para locales y foráneos por el que han desfilado miles de personas a lo largo del verano.
Desde 2011, la cascada del Ézaro funciona los 365 días del año y en el verano, cuando miles de turistas acuden a la llamada de la Costa da Morte, la voz de la “Fervenza do Ézaro” se alza entre los numerosos polos de atracción de la comarca como un moderno trasunto de las míticas sirenas de Ulises.
Luces y música ambiental “ad hoc” transforman a la imponente cascada en un imán de visitantes que, año a año, superan las cifras de eventos precedentes. La presente edición sigue pues una senda ascendente en cuanto a referente turístico atraído tanto por su aura mística como por el mero placer de gozar de la noche rodeado de un paraje de incomparable belleza escénica y que cuenta con abundante flora y fauna.
Mejora accesibilidad
El único “pero” que el paraje presentaba era el de la accesibilidad para todos los públicos, en especial para aquellos visitantes con problemas de movilidad. Ahora, y gracias a los 650.000 euros, aportados por el plan eólico, el GALP, la Deputación y el Concello de Dumbría, la cascada será accesible para todos.
Así las cosas, este año, la “Fervenza do Ézaro” está sufriendo cambios para convertir este espectacular recurso natural en un recurso accesible para todos y cada uno de los visitantes que deseen visitarla y que, hasta la actualidad, veían frenado su acceso por un empinado tramo de escaleras que servía de obstáculo insalvable para toda aquella persona con dificultades de movilidad.
Ahora, y cuando la pasarela esté finalizada, dicho escollo dejará de ser un punto negro gracias a una pasarela metálica que enlazará con la preexistente senda de madera que da acceso a la plataforma de observación del señero paraje.