Rafael Lema//
Los refranes populares suelen ser fuente de erudición lógica o por lo menos acordes a la razón, recogiendo una tradición asentada en la experiencia. Nadie empieza una casa por el tejado y por lo mismo los cestos se empiezan «por abaixo, polo cú«; pero un vecino de Ponte do Porto, Antonio Eiroa, aficionado artesano o por lo menos curioso con las manualidades tradicionales, se pasó el último mes devanándose los sesos para demostrar que los refranes no siempre guardan razón o no responden a verdades universales, por eso se puso a «facer un cesto empezando pola boca e acabándoo por abaixo» usando «varas de salgueiro».
No fue tarea fácil ni el resultado muy acorde en su estética a los trazos de la cestería, una artesanía con tradición en el entorno de la «feira da Ponte”, pero posiblemente sea el único ejemplar realizado de esta forma que conozcamos en nuestra tierra y que sirve para su función.
Sin duda fue una de las comidillas de este entroido en la población, y el cesto pasó por diversos locales públicos en donde estuvo expuesto para saciar la curiosidad de los vecinos. Eiroa no obstante sigue practicando con obras de distinto tamaño, usando «salgueiro, olmo, vimbio».
En la vuelta de Ponte do Porto lo normal era comprar canastos, de distinto tipo según su función, en la feria mensual, pero buena parte de los labradores de la zona sabían hacer cestos para su uso personal. Con todo en el siglo pasado varios cesteiros fueron muy populares y con modelos característicos. Por ejemplo un artesano de Arou estaba especializado en «xeiras» para pescar que no tenían rival; mientras en la aldea de A O un cesteiro suministraba a las panaderías de la zona las características «canastras», piezas grandes de trama blanca, que también reparaba.