Rafael Lema//
El investigador y promotor del camino jacobeo a Fisterra y Muxía Antón Pombo cree que se deben llevar a cabo cambios en la gestión de mismo de cara al año santo y hace una reflexión sobre algunos problemas.
En un artículo publicado en la web Gronze.com Pombo critica que «en el mundo de la peregrinación jacobea, sin embargo, solemos acomodar nuestro juicio a partir de una fuente única: el registro de entrega de compostelas por parte del Centro de Acogida al Peregrino». 327.342 peregrinos recibieron la Compostela en 2018, superando el resultado del año anterior en 26.306 más, lo que supone un crecimiento del 8,74%.
El viajero gasta menos
Pero este dato no repercute a todos los implicados y por ello Pombo cita «debilidades y contradicciones» de una política basada en los resultados cuantitativos. El escritor indica que el viajero cada vez gasta menos (14 euros menos al día desde 2005) y la estancia media también desciende. Esto vale para Santiago y para nuestra comarca. Todo ello le lleva a concluir que «la tendencia del bajo coste es cada vez mayor, con preferencia por alojarse en los albergues, y de este modo algunos resucitan aquella visión antigua del peregrino, despectivamente en su día denominado mochilero», como un tipo de viajero poco interesante frente al turismo más vip.
Pombo critica que la hostelería busca «rápidamente culpables, por supuesto fuera, y algunos ya los han señalado» y entre ellos están las líneas aéreas de bajo coste y el turismo urbano juvenil de fin de semana o puentes y la Prolongación Jacobea a Fisterra y Muxía, «que supuestamente priva a los peregrinos de disfrutar de Santiago».
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El Camino crece en Galicia
Antón Pombo indica que el Camino crece en Galicia pero baja en el resto del Camino Francés y la tendencia apunta a que el camino milenario e internacional de largo recorrido está pasando a convertirse en una experiencia galaica, «y por ende corta, facilona, asequible y desprovista del carácter de aventura, espiritualidad y profundidad de la que antaño estaba revestida».
El mercado ha incorporado el Camino a su bazar, según el autor, «y en estos momentos el equilibrio ya se ha roto entre las dos formas de concebir la peregrinación, con victoria de la visión vaporosa, comercial, efímera e intrascendente». El Camino jacobeo en su tramo finisterrano por otra parte sigue creciendo y es la punta de lanza del turismo comarcal.
