Este año en la Costa da Morte en general la presencia de la velutina no fue tan destacada como el año pasado, pero sigue siendo una de las preocupaciones en el rural, máxime cuando cada vez hay más casos de ataques a personas.
Además del trabajo de las autoridades por el control de esta plaga y el esfuerzo de los apicultores hay otros grupos implicados en la lucha. Desde la web «Guerra vespa velutina» siguen realizando un esfuerzo divulgador del problema y buscando métodos efectivos, unas indicaciones reproducidas también en la página del colectivo ecologista PX de Camariñas, que son parte de este grupo.
Uno de los miembros de «Guerra vespa velutina» es Lolo Andrade, técnico de protección civil y uno de los grandes expertos en el combate con la avispa asiática (vespa velutina) en Galicia, sigue dando charlas no solo por la geografía gallega, sino por zonas a donde aún no llegó. Andrade ve graves daños para la apicultura y la sociedad en general si esta plaga se expande en otros territorios, sobre todo a los que cuentan con grandes explotaciones frutales.
En estos cuatro años, desde Protección Civil, Andrade ha probado todos los insecticidas, trampas, métodos de control y exterminio conocidos y cree que el explosivo mediante detonaciones controladas es el más efectivo. Evitar que la avispa asiática se expanda supone la unión de todos, y «una acción efectiva desde los ayuntamientos- con campañas de información- hasta los apicultores que tendrán que empezar a familiarizarse con los nidos embrión» indica el experto que puede tener a veces más de 40 alertas diarias en su teléfono.
En sus charlas explica los comportamientos de esta especie, que tiene pocos enemigos en el monte, entre ellos el tejón, «porco teixo». A veces las trampas no son selectivas, algo que destacan desde el grupo PX, recordando también que se debe diferenciar las velutinas de otras especies como la Capro o la Germánica que combaten plagas de otros insectos perjudiciales para la agricultura como polillas, larvas, escarabajos, pulgones.
La reina se encarga de fabricar estos nidos pequeños y muy débiles para comenzar su colonización, y fabricar trampas para atrapar las reinas a partir de la próxima primavera. Ha retirado más de 1.100 nidos en 2018., haciendo caer hasta cien reinas en una sola trampa. Los nidos se deben destruir de noche porque todos los individuos están dentro y usando luz roja, que no perciben las avispas para seguridad de las personas. Lo más difícil es acabar con los nidos secundarios que superan un metro y que están a 30 ó 40 metros del suelo. En un nido de metro y 20 centímetros viven hasta 12.000 avispas.
Las reinas, además de hacer los nidos embrión en los aleros, chimeneas y porches de las casas, se alimentan de la fruta. Buscan las zonas habitadas porque se aprovechan del calor que desprenden las casas. Las bajas temperaturas no son un obstáculo, aguantan hasta 25 grados bajo cero. El experto cree que ningún territorio puede frenar su avance. La primavera es una fecha clave para controlar las reinas con el trampeo, tras la hibernación donde han perdido el 40% de su peso, pasa una semana alimentándose en las flores de los primeros árboles.
Los métodos más sencillos para eliminar las reinas y nidos embrionarios son los insecticidas para avispas, conos de red o la botella de plástico con un señuelo. «La reina no ataca porque su aguijón está atrofiado por la función de reproducción, también suele reutilizar nidos de otras reinas, lo que supone que el mismo se pueden atrapar varias reproductoras» indica el experto. Las abejas llevan la peor parte y de hecho en la comarca han desaparecido en tres años muchas colmenas. Una avispa caza 25 abejas diarias en sus poco más de 25 días de vida para alimentar la colonia, una colonia donde puede haber 5.000 ó 6.000 obreras.
