Un campanario exento de estilo barroco es todo lo que queda de la anterior iglesia parroquial de San Pedro de Ponte do Porto, derribada en 1954. El campanario está próximo al cementerio parroquial de A Grixa y se hallaba muy descuidado, cubierto de maleza que ponía en peligro la estructura del mismo y un curioso relieve pétreo de las ánimas del infierno en una de sus caras, que en su origen probablemente fuese un «peto de ánimas«.
Además la torre había perdido sus dos campanas, robadas hace años. Servían para alertar a la población en caso de incendios, aunque en otros tiempos también anunciaban la entrada por la ría de algún barco sospechoso de piratería, dada su especial ubicación estratégica en un valle que dominaba las agras de la parroquia y los montes circundantes.
Iniciativa del párroco Eduardo Puga
Ante el deterioro de la torre y de su espacio el párroco de Ponte do Porto Eduardo Puga al frente de varios feligreses se encargó de las tareas de desbroce de la zona del campanario, despejando del mismo la gran capa de maleza que lo cercaba y la vegetación que se acumulaba en sus piedras.
Desde la parroquia también adecentaron el cementerio. Ahora el párroco trabaja en la reparación de la pintura del exterior del templo parroquial en el campo de San Roque, tras haber finalizado las labores de construcción de la nueva torre campanario con suscripción popular y una ayuda del Arzobispado.