El Asalto ao Castelo volvió a triunfar en Vimianzo//Texto- @cristobalmourin// Fotos- Víctor Hugo
El Asalto ao Castelo volvió a convertir a Vimianzo en un hervidero de persona. El sábado fue el día grande, y venía precedido por los exitosos “pinchos irmandiños” o la cena medieval de la víspera.
Hubo música por las calles de la capital de Soneira durante toda la jornada, y se celebró la octava edición de la feria de artesanía. Los más pequeños protagonizaron el “Asaltiño”, bañados en agua y diversión. En el interior del castillo hubo una teatralización realizada por alumnos del instituto Terra de Soneira.
Y también las “irmandades parroquiais” llenaron de colorido la jornada con sus panderetas, tambores y gaitas y los “berros de guerra” advirtiendo que la invasión del castillo era inminente.
Hubo pregón con Areta, Noelia e Alién de la compañía teatral A Panadaría, que está representando la historia de “Elisa y Marcela”.Desde la organización quisieron destacar el carácter “diverso”, “feminista” y reivindicativo” del Asalto ao Castelo.
Los conciertos siguen siendo otro de los alicientes y de eso se encargaron Ialma, Inmaculate Fools, Amparanoia y Terbutalina, que actuaron hasta altas horas de la madrugada. Primero actuó Ialma y antes de los Inmaculate Fools tuvo lugar el punto álgido del Asalto ao Castelo.
En el mismo espacio se celebró un juicio, con nobles, irmandiños, una meiga al frente de una tropa feminista y un joven revolucionario que acaba simbolizando la derrota de Inés de Moscoso.
Y con el fuego de las antorchas, globos, y un ariete llegó el simbólico derribo de la fortaleza de los Altamira. La revuelta popular había triunfado otra vez en Vimianzo. Los fuegos artificiales y centenares de personas lo acreditaban. Y continuaba la “festa rachada”.
Desde la organización (Os Cherinkas y Axvalso y el ayuntamiento de Vimianzo quisieron agradecer todo el apoyo recibido, en una nueva y exitosa edición.