Pena de 3.600 euros de multa según el fallo del Juzgado de lo Penal nº2 de A Coruña.
El Juzgado de lo Penal nº 2 de A Coruña ha dictado sentencia por la que se condena a M.P.V.F. como autora de un delito de acusación y denuncia falsa cometido contra el ex-alcalde de Coristanco, Antonio Pensado Plágaro, defendido por el letrado Ulises Bértolo del gabinete jurídico Bermor abogados, a una pena de multa de 3.600 €.
El asunto viene de la denuncia que en su día interpuso la citada vecina contra el ex regidor, acusándole de haber cometido prevaricación, allanamiento de morada y daños, denuncia que interpuso cuando el exalcalde intentaba llevar a efecto la demolición de unas obras ilegales. Tras la oportuna investigación, esa denuncia terminó en el archivo, por absoluta falta de delito por parte del entonces alcalde, y en una petición de apertura de diligencias por acusación y denuncia falsa contra la citada vecina.
Se ocultó información de forma intencionada
El Juez Vázquez Taín, titular del Penal 2 de A Coruña, considera vergonzosa la actitud de la condenada, al afirmar en el juicio que no sabía nada cuando presentó y ratificó la denuncia falsa, y considera que la ahora condenada oculta de forma intencionada un larguísimo peregrinaje judicial que ella y su esposo impusieron al concello para poder reponer la legalidad, para concluir que la denuncia de M.P.V.F. contra el ex alcalde Pensado Plágaro, era falsa y ella omitió intencionadamente los elementos que pudieran restarle credibilidad, lo que demuestra que era consciente de que no estaba diciendo la verdad y los hechos imputados eran claramente constitutivos de un delito muy grave.
En opinión del letrado Ulises Bértolo, este es un ejemplo de las múltiples denuncias que se interponen en la jurisdicción penal para intentar coartar el ejercicio de las competencias de policía que debe ejercer toda administración ante las ilegalidades urbanísticas, y es reconfortante ver que la Justicia funciona y también castiga este tipo de comportamientos porque de no ser así nos encontraríamos con una administración atada de pies y manos.
