Localizan el sillón dos Mouros, la más legendaria piedra del interior de la ría de Camariñas.
Un grupo de aficionados al senderismo y al montañismo se unieron a la propuesta del grupo ecologista PX de Ponte do Porto de hacer salidas en busca de elementos patrimoniales singulares en el interior de la ría de Camariñas. El sábado a la tarde tuvo lugar la primera jornada en la que el grupo de voluntarios amantes de la etnografía y la naturaleza subió a la cima del monte Croado en Ponte do Porto para tratar de localizar una legendaria piedra, el Sillón dos Mouros, que dio pie al mayor grupo de leyendas, relatos y canciones de las parroquias del interior de la ría, las de Ponte do Porto (Camariñas) y las vecinas del municipio de Vimianzo: Cereixo, Carnés y Carantoña.
El grupo pudo localizar el mítico Sillón dos Mouros, en la ladera suroeste del monte, gracias a los incendios de septiembre que despejaron de maleza el entorno. Hace décadas que esta singular roca era solo un recuerdo de leyendas compartidas de los mayores de estas cuatro parroquias que lindan con el monte Croado. La razón era que hace más de medio siglo un grupo de buscadores de tesoros tomando al pie de la letra uno de los relatos, el de la existencia de una cueva con oro bajo la piedra, la desplazaron de lugar usando una palanca, y en su nueva ubicación quedó cubierta por el matorral.
El fuego esta vez despejó el terreno y fue aprovechado por el grupo para localizar esta joya del patrimonio local. Se trata de una piedra natural de 1,70 metros de largo, con una «pía» en su parte alta, con forma de asiento, trabajada en su interior y con una especie de hueco para el cuello. La cara derecha de la roca sí está tallada y rebajada con un visible trabajo de cantero.
Al lado de esta piedra hay otra roca natural de gran tamaño, muy erosionada, conocida por «O Mapa«, ya que sus relieves similan montes y caminos. Cerca de estos dos elementos estaba la desaparecida «Pedra dos Números«, el primer petroglifo catalogado en la comarca. Por las leyendas asociadas, comunes a lugares castreños, y por estar ubicada a 200 metros del catalogado castro de monte Croado, de la Edad del Hierro, este conjunto de piedras míticas se adscriben a un lugar ritual del citado oppidum que domina las cuatro parroquias y vigila toda la ría.
Los expedicionarios aprovecharon para realizar un mapa del castro, localizar un ancho campo ritual y posible cerca de ganado del mismo, así como una fuente y una vieja carballeira. Según la memoria oral en el entorno hay varias piedras grabadas, mámoas y banadoiras, que el grupo tratará de buscar en otras jornadas que llevarán a cabo hasta semana santa.
