La subasta de novillas de raza frisona celebrada en Santa Comba volvió a cumplir con los parámetros de calidad de los animales ofertados pero ni las ventas ni la presencia de público, llegaron a las cifras de las últimas ediciones.
Xosé Manuel Lema @xmlema
Los subastadores pusieron todo el empeño posible pero ni había muchos compradores ni tan siquiera un número de espectadores semejante al de otras ediciones. Se vendieron trece novillas a un precio medio de 2.262 euros, que sumaron un total de 29.400 euros, cantidad muy inferior al de años anteriores. La “ganadora” de la tarde fue “Cachorra 6786” que se vendió por 2.600 euros. Fue uno de los pocos momentos donde se calentó el ambiente. La vaca pertenecía a la ganadería Trisco de Olveira (Dumbría) y se marchó para una explotación de Trazo
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La “poxa” comenzó con mal pie. Tres ejemplares que nadie quiso y quedaron desiertos. En total cinco animales no encontraron comprador. Y solo otra, además de “Cachorra” consiguió los 2.500 euros. Fue otra novilla de la ganadería Trisco “Mona 6783”. Al acto acudió la alcaldesa de Santa Comba, María Pose y el edil de medio rural Juan Carlos Landeira Castro.
El ayuntamiento de Santa Comba aportó 1950 euros como subvención de 150 euros por cada frisona comprada además de colaborar en la organización, que estuvo perfecta, y en la promoción del evento.
Otra parte del trabajo correspondió a Africor Coruña, cuyo director técnico José Moreira definió la subasta como atípica, y aunque destacó la calidad de los animales, reconoció que se cumplieron las expectativas en cuanto a movimiento económico y afluencia de compradores.