La trayectoria de Perfecto Pereira Barcia siempre tuvo ritmo. Si no era el tic-tac de los relojes que el mismo reparaba, era el compás de las canciones que interpretó en diferentes formaciones musicales como, Orquesta Santa Comba, Los Dinámicos, Los Panter´s o Los Seikos.
Xosé Manuel Lema @xmlema
“Agora levo unha vida tranquila” dice Perfecto. Interrumpida por la cámara de Manuel Vilariño y la curiosidad del que esto firma. Y sobre todo, porque este xalleiro ha sido reconocido con uno de los premios anuales de su ayuntamiento, el de Santa Comba.
Ya de pequeño cantaba por las calles de manera espontánea.”Dicían que cantaban ben e subíanme ós escenarios”. Y así empezó a conectarse al mundo de la música e inició su camino en la orquesta Santa Comba, fundada por Francisco Rodríguez “Paco do Garrote”.
Multitud de verbenas y recuerdos quedan en la memoria de Perfecto Pereira: “Eu cantei na orquesta París de Noia bastante tempo. Cando o Gitano non podía ir iba eu con eles”. Nunca se borrará de su memoria aquella sesión vermouth en las fiestas de A Xunqueira de Cee. Cantaba “La mamá” y al terminar “colléronme a ombros e déronme unha volta á antiga praza de Cee e tiven que volver a cantar a canción outra vez”.
Es evidente que muchas cosas cambiaron en el mundo de las orquestas: ”Antes a orquesta era a túa familia. Hoxe é distinto. Son empresas” apunta Pereira.“Foi unha vida moi dura e houbo que traballar para sair adiante” dice el músico xalleiro, que aunque no oculta las satisfacciones que se encontró en la profesión artística, se lo pensaría dos veces si tuviera que tomar la decisión.
Siguiendo mi petición, Perfecto Pereira, que no disimula su simpatía por la orquesta Armonía Show, deja un consejo para los jóvenes que sueñan con dedicarse a la música:”Hai que prepararse, ter sorte e sobre todo non desmaiarse porque ninguén che vai a dar nada. Hai que loitar para sair adiante e sempre se consigue”.
Se acaba una agradable conversación. Apagamos la grabadora. El flash cierra sus ojos. Despedimos a Perfecto Pereira. Y finaliza nuestro viaje por una época no exenta de romanticismo y dificultades.