Hace 35 años el agente de la Guardia Civil, Fernando Amor Calvo, se sumaba al mapa del terror ejecutado por la banda terrorista ETA.
En el cuartel de la Guardia Civil de su San Sadurniño natal, Fernando Amor recibió hoy un homenaje. Allí estuvo su viuda, su hermano y la hija que no llegó a conocer, y que dijo que su muerte cambió la vida de una familia que quería volver a Galicia.
También asistió la subdelegada del Gobierno en A Coruña, Pilar López Riobóo que expresó su apoyo a la iniciativa y reconoció la deuda que existe con las víctimas del terrorismo.
El Coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en A Coruña, Francisco Javier Jambrina, elogió la iniciativa de los agentes de San Sadurniño de promover este acto.Se descubrió una placa en recuerdo al cabo asesinado, y sonó “La muerte no es final”.
